La Asamblea ciudadana del día martes 12 en la escuela Normal, ambiente festivo, el Gobernador y todo su gabinete, daba para proponer algo positivo aunque más no sea abonar el ambiente para que los esperancinos presentes se sientan un poco mejor, expongan sus problemas y se vayan esperanzados con la solución de los mismos.  

Pero no, la Intendenta, fiel a su espíritu combativo, por enésima vez, echó en cara de los presentes y, de paso, en cara de los ilustres visitantes sus persistentes dolores. Dijo que lo mejor que hizo en la ciudad fue el remanido Cabildo Abierto como diciendo que a "ella no le van a venir a hablar de participación colectiva porque se las sabe lunga" y, por supuesto dijo que los integrantes del bloque radical en el Concejo Municipal eran unos hipocritones porque vienen a la Asamblea de la provincia y se niegan a asistir al Cabildo inventado por ella. Todo, como siempre, extremadamente infantil y de mal gusto.

Párrafo aparte sobre la intención ingenua de institucionalizar el aburrido Cabildo Abierto, una idea que supera lo conocido en coraje cívico y ausencia del sentido del ridículo. Supongamos que la Intendenta consigue oficializar el Cabildo (en realidad no se sabe bien qué es lo que se quiere) y este queda como un Concejo Paralelo, Comisión de Buenas Costumbres, Comando civil o policía política que toma decisiones que nadie cumple (El ejecutivo no cumple lo que ordena el Concejo no imaginamos como cumpliría lo que diga el Cabildo), ¿se puede saber que se hace con ese engendro metido dentro del gobierno municipal? con el peligro de que, ya que Meiners fundó el Cabildo Abierto, venga otro Intendente y quiera armar el primer triunvirato o la emulación de la Asamblea del 1813 para suprimir los instrumentos de tortura como por ejemplo los inspectores o los Intendentes que no saben ni como se llaman.