Todos los meses con una fotito arriba a la izquierda, Gómez, el Secretario de Hacienda del Municipio, parecería echarnos en cara lo bueno que es el fulano para las cuentas. Para ese noble fin nos muestra un gráfico del tipo "torta" donde vemos que la mitad de los ingresos que con tanto esfuerzo oblamos religiosamente se escurre por el agujero negro de los sueldos municipales. La otra mitad de la torta no es menos desesperante porque una porción grosa se la come el "pago a proveedores" (papel y varios para la "burrocracia" municipal) y  más gastos en personal en este caso contratado. ¿Por qué sonríe Gómez?

 Viene al caso la sonrisa de Gómez porque la época amerita, ya que estamos en los umbrales de un aumento de tasas. Los concejales radicales, esta vez, hacen de freno a la alevosía de Meiners y sus amigos que pretenden una tasa 100% más alta que la del año pasado, dando por tierra con cualquier pretensión de sentido común. ¿Si las paritarias no pasan de un 35% vaya a saber por qué Meiners y Gómez quieren el triple?

Es dramático, hasta deprimente, pensar que los contribuyentes aportarán un 30 o 40% más para que Gómez nos muestre cada mes quién se come la torta. Sueldos, proveedores para alimentar la burocracia y cero obras. Siempre la torta sin variación, sin proyectos. La gente paga todo, paga el pavimento aparte, las cloacas aparte y los desagües aparte, todo. Lo otro, la torta que muestra "Cuentas claras" Gómez es para el soplete de la tropa municpal, para que anoten lo que van a hacer y no hacen nunca. Esas son las cuentas claras del secretario, juntar la plata de los contribuyentes y dársela a los que trabajan para juntar esa misma plata. Un negocio redondo. Para Gomez, la Intendenta y comopañía, por supuesto. Nunca es negocio para la gente.