Los que tuvieron (y tienen) la suerte de no inundarse tal vez no comprendan muy bien lo que significa tener unos centímetros de agua en los dormitorios, en la cocina, en fin. Lo triste es que todo este inconveniente se puede evitar en gran medida limpiando los canales. Lo grave es la conducta de los gobiernos municipales que no limpian los desagües especulando con la suerte. Total no va a llover lo suficiente para crear problemas, dicen. En el 2007 llovíó y creó problemas, preguntar a De Pace. Unos años después vuelve a llover y los esperancinos padecen la desidia de aquellos en quién confiaron. Los daños debería cubrirlos el Municipio. Las pérdidas de los vecinos que hoy están tratando de recuperar lo poco que tienen. Se avisó, se prometió, se publicó y otra vez la gente se encuentra frenta al macaneo. El castigo (que parece venir de otra dimensión) para los charlatanes de la municipalidad es que el agua llegó en tiempo de elecciones. Eso tendría que mandarlos a su casa.