Parece el título de una película como "Los amores de Laurita" o "Los cañones de Navarone", aunque este film de Oreste Blangini, el Secretario de Obras Públicas del Municipio local pertenece a todos los géneros ya que se podría catalogar como comedia, pero también como drama. Es una comedia dramática que un arquitecto haya fallado en la construcción de un baden. Porque si uno dice "bueno, la torre tenía 300 pisos, el tipo es un ser humano y se podía equivocar" vaya y pase, pero en este caso se trata de un pozo miserable, una canaleta, casi una zanja en medio del paseo mayor de los esperancinos. Entonces es lógico que la gente se pregunte "¿qué mal hemos hecho para merecer este castigo?". Y la gente tiene razón, porque estar pagando lo que está pagando por los servicios de un ARQUITECTO que falla en la construcción de un baden es para cortarse las venas con el plano y la maqueta del cierre de la plaza San Martín.

Y lo cómico (tragicómico si uno piensa en lo que cuesta el Secretario) es escucharlo a Blangini. Con un despliegue verborrágico envidiable, el tipo, justifica las metidas de pata como si se tratara de una conducta oridinaria, común a todos los municipios del mundo. "Esto es algo que sucede en todo el planeta y también en la estratósfea" dice el fulano. ¿Qué cosa sucede en todos lados señor?- pregunta otro tipo que le ponen para que le pregunte eso mismo y nada más. "Pues sucede en todos lados que los arquitectos, los ingenieros y los craneos que se llevan la guita de los contribuyentes, cobren como si supieran y demuestren en cada cosa que hacen que están más cerca de los burros que de los albañiles.

Todos los albañiles de nuestra ciudad le avisaron a Blangini que estaba metiendo la pata. Pero Blangini metió la pata igual. Ahora dice que corrige su metida de pata con cargo a los giles que ponen los recursos para que las cosas se hagan bien de una sola vez.  Sin embargo, parece que acá, siempre hay que romper y volver a hacer. Hacer las cosas dos veces, pagar dos voces. Para que experimente el arquitecto. Así no hay plata que alcance.