Ausente. Como si se hubiera equivocado con la dosis de Alplax, la señora, participa más fuera que dentro de los actos públicos que la función le exige. En sus apariciones por televisión apenas responde las preguntas con generalidades, afirmaciones difusas y una falta de conocimiento que da miedo. ¿Qué pasa? ¿A la Intendenta no le da el físico para sostener la rutina que pide el sillón que ocupa? Advertíamos no hace mucho sobre los tristes resultados de la improvisación. Impericia disimulada muchas veces por la asistencia de la Provincia o de la Nación.  Un camino a La Orilla por acá, un centro de salud, una antena para internet gratis, obras de teatro, todo producto del trabajo de otros o de programas trillados que se pusieron en marcha para que la gente se olvide de los verdaderos problemas. La Intendenta sale a "manguear" de tanto en tanto y ni siquiera eso hace bien. Los pueblos de los alrededores reciben aportes para caminos rurales, viviendas e infraestructura, mientras Esperanza se queda con el circo que traen artistas del gobierno y una que otra limosna para la fiesta de la agricultura. Mientras tanto, la Intendenta, sonámbula, transcurre su gestión, mirando sin ver, estando sin estar, dormida, cansada, ausente. 

Las cosas que realmente valen la pena que, por supuesto, dependen del esfuerzo de los contribuyentes locales porque, ya se sabe, el Municipio es arisco, no paga nunca, se levanta de la mesa para que los vecinos levanten el muerto, siempre en las pocas obras serias Meiners se complica, el Parque Industrial, el pavimento (Todo absolutamente a cargo de la gente). empantanados o andando a cuenta gotas, con empresarios martirizados, vecinos que no pueden pagar, imposible de anticipar si llegarán a buen puerto.  La Intendenta parece no tener brújula, si alguien le preguntara por el futuro de la ciudad, seguro respondería "ya vamos a ver" o "a algún lado vamos a llegar", esta señora sueña con el retiro, solo sonríe ausente cuando le preguntan si quiere seguir, respondiendo a la inercia de los tiempos, chocha por la fama, cachonda por el interés que despierta en sus "compañeros", quiere seguir haciendo lo que hace ahora, se dio cuenta que así "de adorno", es sencillo, puede tirar unos años más. La gente que no puede pagar el pavimento, los empresarios presos de los terrenos cotizados en dólares del parque industrial, miran como el piloto de la aeronave juega en el vacío.