La Intendenta Meiners gusta de hablar bajito y fanfarronear en los programas locales. "Que estamos estudiando, que estamos verificando, que estamos analizando..." (haciendo nunca). Le dijeron (¿sus asesores de imagen?) que ponga cara de cordero degollado y que hable como la abuelita de Heidi. Lo hace. Cumple con los tonos y entorna las cejas en actitud sobradora. Lo que dice no importa. No hay peligro que meta la pata porque cuando no sabe repite la muletilla esa de "los técnicos que están monitoreando no se qué cosa" y listo. 

Meiners pide plata y después no hace nada. Lo peor es que dice que hace especulando tal vez en que la gente no se va a dar cuenta. Dijo que destapaba los canales y no los destapó o, por lo menos, no se aseguró que aquellos que debían hacerlo, lo hicieran. Tal vez la Intendenta o los vagos responsables del trabajo pensaron "quién va a ir a revisar los caños" y se fueron a dormir. Los canales de cielo abierto los atendieron cortando un poco los yuyos al principio. Después dijeron "total no va a llover mucho" y los abandonaron. 

Pero llueve a veces. Y llovió mucho y de golpe. Con el agua llegó la hora de poner la cara. ¿Dónde está la Itendenta preguntaron los inundados? ¿Dónde está la abuelita que queremos saber que hizo con la guita para destapar los canales?.  La señora pensó "ya estoy grande para estos trotes, que vaya Blangini, que vaya Elena, que vaya otro". Y fue otro. Así nos va.