El Ejecutivo Municipal tiene por cumplir varias ordenanzas. Lo dijo el Presidente del Concejo, Cristian Camissi. Entonces: ¿Cuándo llegará la hora en que se exija a Meiners dar cumplimiento a la ley? Si las ordenanzas no se cumplen pierde sentido la existencia de los concejales. El cuerpo "legislativo" de la calle Lehmann, con sus miembros y su presupuesto se desnaturaliza cuando produce órdenes que no se cumplen. ¿Tan difícil es entender esto?
Los responsables de la administración del dinero público se presentan una vez por año, por esta época, a suplicar aumentos de tasas. La única ordenanza que le interesa a Meiners y su gabinete es la ordenanza tributaria.  Aunque también, la Intendenta,  incumplió los porcentajes asignados por el Concejo en épocas del todopoderoso Albarracín cuando se aplicaron aumentos de más del doble de lo permitido.
El sufrido contribuyente local paga en término sus impuestos con notable regularidad. Y no tendría problemas de aportar cuotas más onerosas al tesoro Municipal, si tuviese la seguridad de que los recursos se invierten con eficiencia.  El asunto no gira alrededor del monto de la tasa como cree y dice el Secretario Gómez, se trata de un problema inverso, que provoca la Intendenta y su gabinete con la falta de idoneidad para hacer uso del dinero público. 
La falta de creidibilidad de los vecinos alimentada por el incumplimiento de las ordenanzas, las obras comprometidas pendientes, la falta de transparencia y el déficit de profesionalismo de los integrantes del gobierno, es un tema urgente que se debe resolver.
Es necesario que el Concejo Municipal recupere su protagonismo. Debe comenzar por hacer cumplir las ordenanzas pendientes para recuperar su autoridad. ¿De qué sirve un cuerpo legislativo al que el Ejecutivo considera inexistente? El Concejo no puede parasitar en discusiones, análisis y escritos que solo sirven para aportar a una literatura inútil que cuando pierde actualidad nadie consulta.