Cuando llueve, la Intendenta y el Secretario de Obras Públicas se tapan la cabeza con la almohada y le piden a Dios que no caiga mucha agua de golpe. Todos los barrios con un poco más de 100 mm se inundan y el agua queda en los umbrales de las casas. En en Oeste todos los grandes desagües echan  agua en lugar de absorverla. El canal de la calle J.J. Passo que cumplìa una función muy importante en el desagote, nunca fue limpiado. Ahora expulsa el agua. Este canal es una muestra del macaneo que durante años ha sido bandera de Meiners y sus amigos, porque si no se ocupan de este aliviador relativamente nuevo y bastante fácil de destapar, a quién le van a hacer creer que se ocupan de los otros. Blangini debe ocuparse de una vez por todas de este asunto, porque es su trabajo, poque es su obligación, basta de darle la culpa a los vecinos. Hay de todo en los canales es cierto, zapatos, pañales y hasta dentaduras postizas, pero también es cierto que el Municipio no corta los yuyos, no limpia, no se ocupa y los funcionarios que deben ocuparse de estos trabajos no están haciendo nada, aparte de hablar por supuesto. Nadie los ve limpiando los canales que dicen limpiar, nadie los ve controlando que se tire basura donde no se debe tirar. Los funcionarios miran, solo miran como se violan las normas y después se quejan. Lloran. Su trabajo es controlar. Que Blangini controle.