Esta es una ciudad donde existen algunas contradicciones. Es una ciudad de veredas anchas y gente gorda. Las veredas son para caminar y nadie camina. Cuando uno ve las veredas supone ciudadanos atléticos, con la figura estilizada de tanto caminar, en cambio no es así, la panza cervecera y el auto le ganó a la infantería. Cualquiera que haga la prueba y se pare en una esquina para mirar cuantos son los que caminan por las anchas veredas, es posible que observe (con suerte) a uno o dos caminantes a lo lejos tranqueando despacito. Los demás retozan en sus móviles que los llevan hasta la misma pùerta del lugar donde quieren ir. Así no hay flaco que aguante, todos seremos definitivamente gordos en esta ciudad. Todo es gordo, la policía es gorda, los empleados del estado son gordos, las maeistras, los carniceros, los carteros, el gobierno es gordo y eso no es nada, buscamos pretextos para no hacer nada y seguir siendo gordos. 

Ana Meiners maneja el gobierno municipal sin angustiarse demasiado. Hace lo que puede o sea nada y dice que hace más de lo que en realidad hace. Se apropia de lo que hacen los demás cuando vienen a preguntarle que hizo. Eso es un gobierno gordo. No quiere problemas, no quiere caminar porque tiene fiaca para caminar. Todo lo que hizo la señora Intendenta lo hizo "de sentada", esperó que le dieran y le dijeran qué hacer. Haga un monumento acá tiene la plata, compre camiones acá tiene la plata, cierre la plaza acá tiene, tape los los pozos aca tiene, haga y rinda. Cuando le llegan las órdenes de hacer, deriva, por supuesto, como todo gobierno gordo, llama a sus amigos que le arrancan la cabeza y le rinde con la factura de sus amigos a los que le dieron la plata. Sin sobresaltos. 

El asunto es cuando al gobierno gordo, sentado, aplastado le aparecen problemas que tiene que resover por si mismo. El problema es cuando el gobierno gordo como un sapo gordo tiene que moverse màs allà de la ventanilla donde cobra el sueldo. Por ejemplo, Parque Industrial, Plan de Pavimento y otras guerras perdidas. Ahí empieza a desaparecer. Entra en receso. A propòsito ¿Còmo puede entrar en receso en pleno verano un gobierno gordo que no levanta las ramas, no riega y no limpia?. La respuesta la tiene el contribuyente manso de la ciudad mansa con grandes veredas vacías de caminantes.

La señora del gobierno gordo que no se mueve quiere ahora un aumento de impuestos para brindar "servicios de excelencia" porque según parece el ciudadano esperancino es exigente. ¿Habremos llegado al punto en que la Intendenta comenzò a creer en sus propias mentiras? El contribuyente esperancino no es exigente porque "exigente" es aquel que "exige" y acá nadie exige un carajo. Tampoco nos engañemos, todos saben que el gobierno Meiners no puede brindar servicios de excelencia porque no puede, no sabe, no contesta. Ni siquiera sabe lo que es la excelencia. Reyes del verso han llegado para este 6 de enero, ni se molesten en poner los zapatos, el gobierno gordo no se esforzará para poner aunque sea un corte de yuyos como regalo.