El 13 se nos fue y seguimos en el mismo lugar, sin pena ni gloria. Nadie mueve un dedo para cambiar. Los funcionarios han creado problemas para solucionar el año que viene. Problemas insolubles. Edificios en ruinas, pavimento desfinanciado, Instituto del Hábitat paralizado, ordenanzas que no se cumplen sin insistencia de los vecinos, todo contrapuesto a un exceso de personal que debería hacer más eficiente la administración. En un escenario donde todas las localidades vecinas han progresado, Esperanza está quieta, mucha gente llega a la ciudad es cierto, aumenta la población y, sin embargo, la infraestructura es la misma, los servicios cada vez peor, el tránsito. La crisis de dirigentes que hay en la ciudad es notable. Sin preparación, sin imaginación, sin idoneidad para conducir a más de 40.000 habitantes. El 2014 nos demostrará si podemos seguir un año más sin hacer nada, retrocediendo, paralizando servicios esenciales como las cloacas y las viviendas. Sin pavimento, sin transporte público. ¿Tiene la capacidad y las ganas la Intendenta para revertir la situación? Hoy debemos decir que no. ¿Hasta cuando nos da para seguir sentados?