Lo triste es pensar que esta conducta rige la política. Hay diálogo, claro que hay diálogo. Pero es el diálogo del cambio de figuritas: yo pongo a mi sobrina de directora en el liceo y vos ponés a un pariente de vice. Ese estilo es imparable, es la ley que respetan todos los que hoy por hoy se dedican a este oficio. Siempre a espaldas de la gente.  Esto pasó, toma y daca, hacía mucho que el partido demócrata era puro toma todo y no daba nada, con esta "transformación" donde el lobo se convierte en cordero, empezò a devolver algo de lo mucho que recibe. No es la señora Oggioni la que recibe, son otros, los demòcratas ortodoxos, quienes embolsan unos ¡cuantos billetes gracias a su pertenencia al Frente Progresista.  El partido de don Lisandro está desapareciendo en nuestra ciudad porque quedan pocos ciudadanos que se identifican con su perfil. Era líder en otra época como partido "paquete" donde no entraban los "negros", pero el tiempo pasò y los que fruncìan la nariz¡ cada vez que veìan un morocho se fueron muriendo. Hoy quedan unos cuantos que son los que votaron a los candidatos solitarios que presentó el partido en las últimas eloecciones. Oggioni parece entender esto. Si su partido no cambia, desaparece. ¿Se entiende? ¡No hay más demócratas progresistas como tampoco hay más demócratas cristianos!  ¿Es tan difícil de entender eso?