La señora Meiners volvió a repetir a viva voz que “el cadidato del pueblo era Kinen”.  ¿Dónde está Kinen? –gritó de pronto al no visualizar al licenciado.  “¿Dónde está ese pelotudo?” gritó colorada como culo de polaco.

- Señora, por favor... –recomendó Gómez tratando de apaciguar.

- ¡Por favor las pelotas, lo estoy nombrando al coso ese y se me esconde, carajo!  ¡Dónde está Kinen, que me lo traigan de inmediato!  - Ana María reboleaba ahora peligrosamente la chancleta.

-Señora, me dicen que el licenciado está dando clases en el ITEC. –informó Dos Santos desde    el  fondo.
 
- Búsquelo.

- Señora, ya le avisamos por teléfono y respondió que no iba a venir.

- ¿Eso dijo el boludo?

- Dijo que por las buenas todo, pero por las malas nada.  

La señora se sacó la otra chancleta (“Uso pantuflas porque se me hincharon los pies”  había aclarado) y preguntó si estaba presente alguno de los compañeros del licenciado. Le respondieron que se encontraba en la sala la segunda en la lista, una mujer de apellido Lera. ¿Dónde está? Quiso saber Ana María. Dos Santos señaló el lugar donde se encontraba la compañera de Kinen por cupo femenino.

- “¿Esa es?”  -interrogó señalando con la pantufla.

- Esa es.  –respondió Gómez.

Ana María cerró un ojo y apuntó hacia el lugar donde se encontraba la mujer. El primer chancletazo pegó en el cuadro de Barraguirre colgado en la pared. El segundo silbó cerca de la oreja de Elena y se perdió por la ventana.  Elena hizo puchero. Dos Santos le sacó una foto.