AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 11

Número: 537

LA NOVELA MUNICIPAL. HOY: "BENDICIÓN DE LOS CANDIDATOS"

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"La señora Intendenta ha llegado". Eso dijo el edecán y vocero Mario del Niño Jesús Dos Santos golpeando con un palo en el piso del Salón.  La señora, que venía peinada como para un casamiento,  miró para todos lados y arrancó a paso redoblado hasta el lugar donde estaban los candidatos de su partido.

-¡Señora buenas noches! -dijo a viva voz el "pollo" Kinen juntando los tacos. El flaco de bigotes, postulante a concejal, sonreía mientras se acomodaba la corbata y abotonaba el traje mirando al resto de la concurrencia con evidente cara de dormido.

"¡El  compañero y jurisconsulto Albarracín ha llegado!"  Advirtió nuevament Dos Santos haciendo sonar una corneta.

- ¿Por qué no golpea el palo como hizo antes? - Preguntó muy despeinada la Secretaria de Cultura. 

- El palo es para la alcaldesa, la corneta es para los otros, para diferenciar ¿vio? . -dijo el secretario de hacienda Gómez cuidándose de no ser escuchado.

- ¿Qué estamos esperando? - quiso saber Blangini que miraba a cada rato el reloj.

- Falta gente - contestó casi sin abrir la boca Gómez. 

Era la presentación oficial del candidato Kinen y el resto de la lista de concejales.  El saloncito céntrico estaba casi colmado, Dos Santos había salido a la vereda y miraba nervioso a uno y otro lado. Entaba y volvía a salir. Cuando entraba relojeaba a la señora Intendenta que lo taladraba con la mirada. La primera dama se estaba poniendo nerviosa. Quería terminar porque tenía una fiesta, bautismo o algo por el estilo, en su domicilio. En un momento pareció tirar un codazo que embocó en el hígado a Gucho Alvarez. ¡Bien hecho, Para qué se mete como estampilla al lado de la señora! sentenció Gómez. El petiso coleccionista de autos antiguos, bufó y se quebró en dos, de inmediato simulando buscar algo en el suelo se fue a toser a un rincón. El tipo que estaba al otro costado de la señora se retiró dos pasos hacia atrás.  Ana María se sopló el flequillo con indisimulable fastidio y tiró una patada sin darse cuenta. Una anciana del Club de Leones se quejó de un golpe en el tobillo y renqueando se retiró del acto.

-"¡El cura párroco ha llegado!" - Anunció el vocero con felicidad dando paso a un recién bañado y sonriente sacerdote que ingresó distendido, portando un recipiente que echaba humo ("Lo traje preparado para ganar tiempo") y una regadera con agua bendita que probó de "prepo" bañando con generosidad  el bigote del distraído Dos Santos.

- ¿Y ahora que van a hacer sonar para anunciar a este, el palo o la corneta? - Preguntó ansioso y con una sonrisa mefistofélica el Abogado Albarracín mientras achicaba los ojitos y aguzaba el oído.

No terminó la pregunta el abogado disidente cuando, como si se hubiera percatado el olvido, el vocero y presentador, impecablemente vestido de negro azabache, tal cual un "zorro" de la pampa, hizo sonar un silbato ordinario, igualito a los que usan los árbitros para cobrar un penal.    

- ¿Y con ese chiflete pedorro lo presentan al cura? -preguntó contrariada una dama de Cáritas.
- Es porque llegó tarde -dijo Albarracín.
- ¿Y a usted, doctor, contrera y todo, por qué le tocaron la corneta?
- Debe ser por lo de los 5.000 lotes.... -dijo el abogado.

Mientras tanto, el cura, visiblemente contrariado, aunque siempre con una sonrisa inmaculada, había zampado un golpe de regadera generoso en plena facha de Ana María de los Angeles. Hubo un revuelo en un costado entre quienes atajaban a la Intendenta trantado de evitar que la cosa se agrave. Calmada (más o menos) la señora, viendo arruinada la redonda belleza de su tocado, pidió permiso para retirarse, cosa que hizo, no sin antes echar un par de maldiciones y  embocar de un codazo al monaguillo que acompañaba el religioso. 
 
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