La Intendenta no sabe donde se pone. Un poco para allá un poco para acá. Ültimamente se muestra con Rossi, un exponente antipático ultra "K" que hace que la gente piense que Meiners es igual que Cistina y todos sus amigos. ¿Es eso lo que quiere la señora? ¿Que todos piensen que pertenece a la camarilla de sospechados de corrupción?.  La señora, quizás, piense que su "cara de buena", su aspecto aburguesado de señora que todo lo tiene, la preserva de cualquier acusación. Lo que no puede evitar es que su "imágen" de arrogante personaje local se deteriore y que, cuando aparezca en los lugares públicos más de la mitad de los presentes hable por lo bajo y no precisamente "bien" de ella. De hecho ya no se la ve más por ahí.  Menos ahora que su referente a nivel nacional se encuentra en una encrucijada difícil de superar.  El 18 de abril la señora Meiners podrá observar una protesta en su ciudad contra el gobierno que dice representar. Que le sirva de lección para que comience a ponerse donde debe, del lado de la gente.