"Comprar barato, vender caro" parece ser el sistema empleado por muchos comerciantes de nuestra ciudad. En épocas de abundancia, la gente no se fija y dale que va, compra igual, pero hoy, con inflación y sueldos escasos la cosa va de mal en peor.  Una plaza saturada de tiendas, tienditas y sucuchos,; con un supermercado que vende caro (carísimo), almacenes de barrio que ven reducidas sus ventas en muchos artículos. Los vinos, por ejemplo, tienen notables diferencias de precio en los supermercados chinos. La gente comenzó a recorrer. En Navidad compró poco y de lo poco, lo más económico. Los titulares de las "grandes tiendas" con varios empleados ya están inquietos, por supuesto, lo primero que harán si las ventas no mejoran es sacarse de encima el personal.

Las zapatillas de segunda se venden como primera. Siempre lo mismo: "compramos regalado y vendemos caro". Si no cambian, si no le ponen imaginación al asunto, hay muchas posibilidades de que el comercio de la ciudad se complique. Infinidad de casas que prestan plata a intereses usurarios, mutuales por todos lados, los ricos que no consumen y meten la plata donde no la pueda encontrar la AFIP.  Panorama triste. Para colmo el Municipio que quiere aumentar las tasas municipales para seguir haciendo nada. Futuro incierto.