En medio de aprontes para "hacer como que se hace algo", la Intendenta sigue con la misma milonga. Propone obras que ella misma sabe que no se harán. ¿Tiene alguna duda el vecino que el plan de pavimento se abortará?  Es imposible que se llegue a algo sin voluntad. La señora Meiners no tiene voluntad. Tampoco tiene acompañantes con voluntad.  Anza, su secretario de gobierno,  solo habla y ni siquiera eso, porque ahora parece que solo le da el cuero para repetir frases hechas.  No sirve. Nada sirve. Ya no es efectivo decir que "no hacen nada porque los concejales le ponen obstáculos insalvables". Ahora quedaron desnudos con lo que le quieren cobrar al frentista por el famoso "plan de accesibilidad urbana", casi el triple de lo que paga un vecino de Progreso.

¿Qué la sostiene a la señora Meiners? ¿Su capacidad de trabajo, su inteligencia, el conocimiento que tiene de la administración pública, su fuerza para pelear por la ciudad, por el bolsillo del contribuyente? Nada de eso se corresponde a simple vista con nuestra Intendenta. ¿Quién la sostiene entonces? ¿Acaso el Partido Justicialista. Un partido desaparecido. Un fantasma que aparece y desaparece según le convenga a los "compañeros" cuya única aspiración es colocar algún pariente en el Muncipio?

Debemos empezar por reconocer el drama de la ciudad. Nunca estuvo tan atrasada cultural, social y estéticamente. La ciudad culta está siendo superada por cualquiera, se han destruido los festivales, los encuentros, hasta las chupitangas como la feria de las colectividiades y el picnic del estudiante son un fracaso cada año. Los esfuerzos privados son importantes pero no alcanzan para suplir la notable ausencia del estado municipal.  La participación social del municipio es nula. Particulares con voluntad y generosidad hacen 100 veces más que Meiners y sus amigos.  En cuanto al ex policía y a Blangini encargados de mantener limpia, ordenada y funcional a la ciudad, todo está a la vista. El Secretario de Obras Públicas empantanado en las esquinas de la plaza y Fernandez pagando el triple a contratados que facturan los mismos trabajos que hacen los municipales.

¿Cuánto tiempo se necesita para destruir totalmente una ciudad como la nuestra?  Tenemos tres años más de inacción, de parálisis, de "meta hacer nada", de yuyos en el cementerio, de yuyos en las esquinas, de taperas que en un tiempo eran proyecto de casas, de edificios que se vienen abajo a metros de la plaza.  Nadie gestiona nada en serio. Nuestros funcionarios no son tomados en serio.  Por eso cuando piden el entubamiento del canal Alem, los conforman con una murga, una comparsa, un rockero o una obra de teatro berreta. Eso sí, gratis. La señora Meiners quiere todo gratis. También quiere gratis el ripio y el pavimento. Total, si no lo paga la provincia, lo pagará la Nación o, como ahora, los vecinos.