A nadie escapa que el espíritu del mutualismo si no ha muerto, por lo menos, está moribundo en estos tiempos. Es muy común que detrás de pomposos nombres se escondan intereses financieros. El Instituto Nacional de Acción Mutual regula las mutuales. La razón de la existencia de estas instituciones es la "ayuda mutua" (no hay fin de lucro), para crearlas la ley exige la existencia de una necesidad de ayuda, un conjunto de personas que la necesiten y la voluntad de unirse para lograrla. Con la fotocopia de un acta donde la comisión promotora decide comenzar los trámites, una fotocopia de la asamblea consititutiva, estatutos y otros detalles menores la fiscalía de estado le otorga la personería y, al poco tiempo,  el Instituto la habilita.  El problema es que muchas veces estas nobles instituciones son solo pantalla para realizar negocios financieros que benefician a dos o tres. Más claro: son la cubierta para prestar plata a interés. Usura instiucionalizada que le llaman.

Si el nombre de Bomberos Voluntarios se usa para que unos pocos se beneficien prestando plata a interés estamos fritos. Esta sociedad esperancina puede bajar el telón porque la obra estará completa. La sospecha no es exagerada, con el "cepo cambiario" y otros controles, el momento es ideal para colocar dinero ocioso que ya no puede ir al dólar. Los que tienen plata de sobra están buscando desesperadamente donde protegerse de la inflación. Y si pueden hacer diferencia con bajos impuestos o directamente nulos,  protegiéndose con el régimen de excepciones de las mutuales ¿Qué más se puede pedir?. 

Si alguien, detrás del nombre de bomberos, lucra con alguno de los servicios de la flamante mutual que levanta su coqueto local en la calle 25 de mayo,  estaría abierta la puerta para que intervenga el INAM de inmediato. La sola denuncia de un socio bastaría para eso. Una institución que demanda recursos de la comuninadad no podría estar sospechada de tomar el mismo dinero que recauda y prestarlo a interés a la misma gente que se lo da en donación. Cualquier ciudadano esperancino por el solo hecho de oblar cada mes una cuota (por más pequeña que sea) mediante una boleta impresa por el municipio tiene derecho a reclamar el cumplimiento de la ley que regula las mutuales.

Bomberos Voluntarios hizo una importante inversión en un local céntrico que significa un alquiler, empleados y una estructura costosa. ¿Quién realizó esta inversión? ¿Un tercero? Queda invalidada la posibilidad de que el dinero haya salido de los escasos recursos que la institución -según los propios dichos de su Presidente- maneja, además, estos recursos se componen de donaciones y beneficios que deben ser orientados a mejorar el servicio, nunca se pudo haber desviado lo recaudado hacia otros fines. Son muchas preguntas que tendrán su respuesta ni bien la Mutual de Bomberos Voluntarios comience a mostrar sus objetivos. Si realmente no tiene fines de lucro (como debería ser) se notará de inmediato.