AÑO 18

NUMERO 61629

Internacionales

Año: 1

Número: 59

La fortuna de Saddam

la-fortuna-de-saddam
Mientras su pueblo apenas subsistía y malvivía con el programa de Naciones Unidas "Petróleo por Alimentos", Saddam Hussein y sus adláteres se repartían millones de dólares del contrabando de petróleo. Algunos calculan que el expolio, comenzado a inicios de los 80, puede alcanzar la astronómica cifra de 200.000 millones de dólares. La fortuna personal del dictador caído se calcula entre 2.000 y 7.000 millones de dólares.
Una de las caras más oscuras de la dictadura que reinaba en Irak es, sin duda, el expolio económico al que sometió el ahora extinto régimen a las arcas y los recursos de sus ciudadanos. Desde su llegada al poder, Sadam Husein se encargó de llenar sus bolsillos y el de sus más fieles seguidores a costa de un pueblo enfrentado por sus decisiones a la guerra, el hambre y la destrucción.
Un estudio realizado por Carlota García Encina y Alicia Sorroza Blanco, "La fortuna de Sadam, un secreto a voces" para el Real Instituto Elcano pone de relieve los medios para conseguir tanto el dinero por parte de este régimen. Recursos económicos que en definitiva han servido también para la permanencia del mismo.
Rico en petróleo, este país ha sido sangrado hasta la pobreza con una dictadura que lo sometió primero a una guerra con Irán, luego a una invasión a Kuwait y, posteriormente, a un embargo por parte de las Naciones Unidas.
La empresa de investigación norteamericana Kroll Associates calcula que desde 1981 Husein y sus adláteres pueden haber desviado para su provecho la escalofriante cantidad de 200.000 millones de dólares, mientras que la fortuna del dictador se cifra entre unos 2.000 millones, según la revista Forbes, y en 7.000, según el Departamento de Estado estadounidense.
De ahí, que tras los últimos acontecimientos el Gobierno de EEUU haya hecho hincapié en la congelación de cuentas bancarias de la familia y allegados en diversos paraísos fiscales, así como en la repercusión de este dinero en beneficio de su auténtico dueño, el pueblo iraquí. No obstante, parece claro que dada la compleja red que establecieron para poner a salvo "su riqueza" será difícil que llegue la gran mayoría de éste a ellos.
A principios de los años noventa, con la invasión de Kuwait por Irak, el Consejo de Seguridad de la ONU intentó presionar al gobierno con un embargo económico. A partir de ese momento, el organismo internacional ofreció la opción de que la exportación de su petróleo fuera utilizada para la compra de productos de primera necesidad que ayudaran a su pueblo, como comida o medicinas.

DOS MIL MILLONES EN PALACIOS
A pesar de la oferta, Husein tardó cinco años en aceptar la oferta y de manipularla, no en beneficio de su pueblo sino únicamente en el suyo propio, tanto a través de actividades lícitas como ilícitas. Se comenzó desde Naciones Unidas con una oferta limitada y desde finales de la década podían comprar toda la cantidad que quisieran de estos artículos y cualquiera que hiciera mejorar la forma de vida de sus ciudadanos.
Un tercio de la venta de petróleo también servia para sufragar los gastos de las indemnizaciones de la invasión iraquí en el país vecino. Esta exportación era controlada por la ONU y había una cuenta bancaria en el Banco Nacional de París con este fin, la cual, evidentemente, Husein o su gobierno no podían tocar para llevar a cabo obras como la construcción de palacios presidenciales –desde la guerra del Golfo se gastó 2.000 millones de dólares en ellos-. Así comenzó el chorreo de venta ilegal de petróleo del gobernante para sufragar sus supuestas necesidades.
Irak era beneficiario del programa humanitario más grande del mundo: 6.000 millones de dólares anuales –seis veces más que cualquier operación humanitaria llevado a cabo-. A pesar de ello, el pueblo iraquí no tenía alimentos ni medicinas. Según el mencionado informe, "Sadam controla la distribución de mercancías.
El gobierno de Bagdad ha hecho todo lo posible por mostrar a la opinión pública el sufrimiento que causa a la población iraquí el régimen de sanciones impuesto por la comunidad internacional. Sin embargo, Sadam ha puesto obstáculos a la ayuda de las Naciones Unidas, al negarse a comprar suficientes alimentos y medicinas y vender a los hospitales privados, a precios exorbitantes, los medicamentos que recibía a través del programa `Petróleo por alimento´s, lo que ha agravado los sufrimientos de su pueblo, utilizando este desgraciado espectáculo para intentar el levantamiento de las sanciones”.
A través de una cuenta abierta a nombre de la Organización Estatal para la Distribución de Petróleo de Irak (SOMO) en Jordania recibía comisiones entre 20 y 70 centavos de dólar por barril de crudo exportado. De ahí sacó en el 2001 unos 200 millones. Para hacerlo, se mantenía artificialmente bajo el precio del crudo y así podían imponer sus recargos.

MERCADO NEGRO
Existen pruebas documentales de cómo se hacía, a pesar de que el gobierno lo negara. Por otro lado, el régimen eligió que los contratos de venta de petróleo y compra de productos de primera necesidad fueran a compañías rusas y francesas, que casualmente son los que más han apoyado a este régimen en el organismo internacional, mientras que Estados Unidos y Gran Bretaña han sido los que más enérgicamente han exigido el mantenimiento de las sanciones.
Apunta el informe que "durante largos años la comunidad internacional ha cerrado los ojos ante estos hechos. Ante los fallos en el programa, norteamericanos y británicos articularon, en mayo de 2002, la idea de las `sanciones inteligentes´ contra Bagdad para evitar que las desviaciones del programa `Petróleo por alimentos´ pudieran jugar a favor de Sadam Husein (...) La lucha entre Bagdad y Naciones Unidas por el control de los recursos dentro del programa de `Petróleo por alimentos´ no ha impedido que Sadam gane la partida en el mercado negro. A pesar de los esfuerzos por evitarlo se ha fracasado en impedir tanto la compra de bienes prohibidos (como armas) como la venta ilegal de petróleo".
Así, los propios supervisores contratados por Naciones Unidas del programa constaron las rutas y la violación de las sanciones, pero no tenían autoridad alguna para inspeccionar o detener cargamentos. Las autoras destacan que "al menos nueve son las rutas por las que Irak exporta petróleo e ingresa productos fuera del programa humanitario: Turquía, Jordania, Siria e Irán dibujan el mapa del contrabando. Se utilizan camiones y barcos en aguas territoriales iraníes y kuwaitíes. Más recientemente, se ha incorporado a esta red de contrabando, el oleoducto y el ferrocarril a Siria, que sirve para exportar petróleo a todo Oriente Medio. Si sólo dos puertos, Ceyhan (Turquía) y Mina Al-Bakr (Norte del Golfo Pérsico), están autorizados por Naciones Unidas para la exportación de petróleo, el resto de vías son una violación de las sanciones. No obstante, los puntos autorizados también son utilizados para el contrabando".
Según estimaciones, que se creen que son bastante a la baja, el régimen consiguió al margen del programa “Petróleo por Alimentos” la cifra de aproximadamente 6.600 millones de dólares desde 1997. Evidentemente, Turquía, Siria, Jordania y otros países se han beneficiado también de estos contratos ilegales hechos a espaldas de las sanciones de la ONU, según el citado informe.
Por ejemplo, su hijo Qusay controlaba varias compañías de reexportación de alimentos, medicinas, vehículos, y otros elementos adquiridos bajo el programa humanitario cuyo destino debería ser el pueblo de Irak. Estos ingresos, de cerca de 20 millones de dólares al año, fueron invertidos en la construcción de palacios y en el mantenimiento del clan familiar.
Aunque estos fondos no solo les beneficiaron a ellos, miembros del gobierno, altos mandos militares, etc. recibieron dinero y otros extras por valor de miles de dólares mientras un sueldo medio alcanzaba los 3,5 dólares mensuales en Irak. Tampoco era extraño encontrar en el mercado negro productos que supuestamente debían ir en ayuda de sus ciudadanos.
Estas y otras tretas han sido usadas para su beneficio por el antiguo gobierno de Irak que lideraba Sadam Husein. Ahora, se supone que las cosas van a cambiar para todos, el pueblo iraquí incluido.
 
Facebook Twitter Delicious Linked in Reddit MySpace Stumbleupon Digg Whatsapp Enviar por Correo

Imprimir Noticia

El Tiempo
Tiempo Esperanza
Buscar Noticias
Frases Célebres
Nada es constante en este mundo sino la inconstancia.
Jonathan Swift (1667-1745)
Escritor irlandés
Cotización del Dólar