AÑO 18

NUMERO 61629

Opinión

Año: 1

Número: 58

Contrabando. Una notita de Edgardo Ferrero

Unos muchachos nuestros (Muy nuestros) andan equivocándose por estos días y como la equivocación es bastante considerable, bastante grave, parece que  toda la ciudad está hablando de ellos. Y también -eso dicen todos- es lógico que toda la ciudad hable de ellos. Y también es lógico que las cotorras mediáticas cotorreen, y los chistosos hagan chistes malos, riéndose de la patinada (grande) de estos pibes que, mal que mal, son nuestros y hagámonos cargo que son nuestros... ¿o resulta que somos todos buenos por acá? 
-¡Pasa que la Argentina no da muchas opciones a los jóvenes!. Acá todo es blanco o negro, se vive bien o se vive mal... la situación produce miedo, mucho miedo, Miedo a no tener plata, a no poder irse de vacaciones, a no tener casa, a no tener un auto, a no consumir...
-Bueno, pero eso...
-¡Todos quieren salvarse! De una forma o de otra todos quieren salvarse... ¿No escuchamos todos los días acaso, que los únicos que andan bien son los ladrones?
Está bien, está bien, no es bueno buscar la plata por cualquier medio o modo, es cierto. Pero tampoco esta sociedad tiene demasiado margen para escandalizarse. ¿No somos nosotros los que hemos creado este estado "oligárquico", esta "plutocracia", esta "menesunda" en que los intereses del dinero dan el tono y la batuta? Hoy resulta que unos jóvenes de nuestra pulcra y honestísima ciudad andan en raros entreveros y en sus afanes por procurarse unos billetes se metieron en un tembladeral de contrabando de cigarrillos que terminó con todos en cana.
¿Cosas comunes?  Cosas que pasan en toda la extensión de la argentina patria y que, dicen que dicen, es por falta de oportunidades para hacer una fortuna que permita disfrutar de la sensual atracción que ofrece esta sociedad plena de locos placeres...
-¿Placeres? ¿Cuales placeres si se puede saber...?
-Comer .
- ¡Ese, que yo sepa, no es un placer, es un derecho!
- No crea. Ultimamente es más un placer que un derecho. Y escaso para colmo.
O sea que esta sociedad que hemos armado, de pobres y ricos, nos trae algunos problemas. Problemas que hoy día, gracias a Dios, no son tan graves acá a orillas del Salado. Aunque en esta ciudad, (en la que  "nunca pasa nada") estos despelotes terminan acentuándose hasta límites escandalosos y corren de boca en boca con la velocidad de un misil. Pero igual, che, reconozcamos que son el resultado de una ciudad que estamos construyendo entre todos. Y si alguna enseñanza nos dejan estos percances (de los cuales nadie está exento) es que poco a poco vamos entendiendo cual es la Esperanza real, la Esperanza que superando las apariencias contrarias, es la verdadera, la más profunda, la sustancial, la que nos revelará el porvenir según lo que seamos capaces de hacer y -de última- cuando Dios quiera según dice mi abuela. Esta es la ciudad que nos obliga a pensar con profundidad, la que nos aleja de la liviandad, de la imitación y de la pavada.  La Esperanza que nos invita a una lucha que está muy lejos de la ciudad que nos pintan embelesados los pavotes y los mediocres, ciudad hipocritona,  ciudad de los que prefieren ser "creíbles" antes que decir la verdad, la ciudad  que macanea "para comer"...
Hay que decirles a nuestros jovencitos que el convite del futuro es solo para hombres que creen que todos los hombres son capaces de avanzar cuando andan juntos o cuando deponen todas las particularidades personales y conservan solamente la esencia de la naturaleza humana. Esos hombres tenemos que ser nosotros y esos hombres tenemos que formar.  Con ese mensaje, tal vez, hasta logremos que nuestros muchachos pongan la cabeza en una empresa menos profana que la que les propone un deprimente y degradante contrabando de cigarrillos...    
 
Facebook Twitter Delicious Linked in Reddit MySpace Stumbleupon Digg Whatsapp Enviar por Correo

Imprimir Noticia

El Tiempo
Tiempo Esperanza
Buscar Noticias
Frases Célebres
El camino arriba y abajo es uno y el mismo.
Heráclito (c.544-480 a. C.)
Filósofo griego
Cotización del Dólar