Fascendini tiró la semana pasada, cuando nuestro SamCo fuera discriminado -según se dijo- en el reparto de fondos para atender su funcionamiento, que vendría una inspección, auditoría o lo que sea como pretexto para una posterior intervencíon. Bueno, si el Senador es adivino o no es harina de otro costal, pero la cosa es que la auditoría llegará. Lo que sigue después si se da el análisis de Fascendini es una intervención con  aumento de la partida para que el interventor no tenga problemas y que Bondesío se recupere de la macana que están haciendo en su ministerio con los misteriosos criterios que utilizan para calcular la plata que le entregan a los centros de salud de la provincia.

Quién tenga razón y quién no tenga razón no importa demasiado, lo que sí importa es si se está usando la plata de la provincia para solucionar problemas a los conocidos y amigos o si se utilizan en realidad los recursos para ayudar a la salud con justicia. Porque la gente no tiene la culpa después de todo. Si vamos a usar una fórmula para los peronistas y otra para los otros partidos estamos sonados porque se perjudica -injustamente- a la gente de las ciudades queriendo sacar de la cancha a dirigentes que no usan precisamente la medicina hospitalaria. Los servicios del SamCo lo usan los humildes y los que no tienen obra social. De cada uno de acuerdo a su trabajo a cada uno de acuerdo a su necesidad. Distribuir los fondos políticamente sería un crimen. Veremos que pasa.