No hace mucho y en tiempo de campaña política nos regocijamos porque por fin a nosotros, sufridos vecinos del Barrio del Arco de la Colonización, nos había bendecido la suerte.  Como excepción  única y quién sabe por qué, nos tocaba a nosotros disfrutar de una obra largamente soñada y -para envidia de nuestros conciudadanos- con una generosa ayuda consistente en fondos que provenían de la Nación Argentina.

De allí a pensar que el emprendimiento de la red de "agua potable" para el barrio saldría una bicoca, que podríamos pagar sin despeinarnos, había un solo paso. Las sonrisas de felicidad acompañaron a los vecinos hasta las urnas y luego del triunfo de nuestros protectores nos sentamos a esperar el ruido de las máquinas.

Grande fue nuestro desconsuelo cuando apareció el cartero, con una coqueta liquidación con orígen en uno de los tantos recaudadores del Municipio, donde nos informaban, que nos encontrabamos inmersos en un fenomenal curro que consistía en abonar la subsidiada red mucho más cara que si formara parte de un acueducto ideado por Bin Laden.

Como pertenecemos a un grupo de lectores empedernidos de "esperanzanews" que sienten placer al destapar ollas que huelen mal, es que mandamos esta pequeña historia, un poco para sacarnos la bronca y otro poco para prevenir a los lectores desprevenidos que en el futuro pudieran cometer la inocente imprudencia de creer en la señora Intendenta y sus amigos.