Capeletto (continuación):

La teoría más firme sobre el orígen de este emblemático apellido nos remite a los años del Imperio Romano Germánico. Dícese que existieron familias de pastores que por ser libertos, o sea esclavos liberados no tenían apelativo, estado ni nombre que se le conozca. El César entonces -como una distinción- les daba una identificación según su oficio o en virtud de hechos casuales. La historia cuenta que estando los pastores en la campiña aperece de pronto el Cesar y viendo que los hombres al percatarse de su presencia suspendían sus tareas, señaló de pronto a unos que estaban maniobrando con un gran carnero y ordenó de pronto: ¡Cape! ¡Cape! indicando que sigan capando al ovino, y llamando a los pastores con lo primero que se le vino a la boca increpó: "¡Cape... Leto!" " ¡Caaaaaape letttto!" ... Y así fue como surgió el nombre que se escucha por estos pagos e inclusive a orillas de otros ríos no tan oscuros y salados como el nuestro.