Cuando la señora Alcaldesa aplastó el segundo mosquito ya el Señor Scmidt se había dormido. Era el discurso con el cual la Dama de Fierro abría las sesiones ordinarias del Concejo Municipal de la Suiza de las Pampas y usualmente los discursos de ese tipo son largos y tediosos. Todos suponen que si el discurso no es largo la gente creerá, seguro, que la administración no hizo nada de nada y eso sería fatal para un gobierno que apenas tiene un año en el poder.

- No me explico como pudieron alcanzarle a la Pachamama tantas hojas escritas .... -dijo uno de los ediles radicales que se había colocado cerca del ventilador para evitar la andanada de mosquitos.

"... hemos vacunado 400 perros -recitaba mientras tanto la señora- y el costo de las vacunas fue cubierto íntegramente por el Municipio en un esfuerzo sin precedentes..."

- ¡En verdad, no le pagaron a la Facultad de Agronomía y Veterinaria, pichones de mentirosos, tuvimos que pagarlo nosotros hijuna gran siete! ... - dijo un miembro de la protectora de animales mordiendo unos terrones de alimento balanceado "Ulises" .

Una patota de mosquitos daba vueltas alrededor de la cabeza del edil justicialista disidente Martín Carrizo quién, según lo prueban los registros de la televisión local, aplastó a uno de los insectos con una copia del discurso de la Intendenta.

- ¡Un poco de juicio señor Concejal! - ordenó el Presidente del Cuerpo que se había despertado por el golpe de la carpeta contra el pupitre.

- ¿Tengo que dejar que me chupen toda la sangre? ¿Acaso tengo que esperar inmóvil a que la poca sangre que me queda se la lleven estos chupópteros?- preguntó Martín del Niño mientras raspaba con la uña las tapas del cuadernillo.

- No se preocupe colega, es muy posible que el mosquito no sobreviva mucho tiempo luego de ingerir sangre de la mas rancia estirpe peronista. - dijo la señorita Copes revoleando las manos y rascándose los tobillos.

- Tenga cuidado señora Bergamasco porque estos bichos son fanáticos de las canillas... - Susurró a la dama el Concejal Andreoli soplando un mosquito que tenía en la nariz.

- ¿Las canillas? ¡Qué lenguaje tan ordinario, Señor, de qué canillas me está hablando!

- De las suyas, señorita...

- ¡Más canilluda será su hermana, usted me ha faltado el respeto señor y puede irse bien a la mierda, el presupuesto que me trajeron ya saben donde se lo pueden meter...!

A todo esto, la señora Intendenta había pedido una tacita de té con unas gotas de caña para aclarar la garganta. Cuando reinició la lectura del mamotreto, el tesorero Bertero ya estaba completamente dormido, en cuanto al Secretario de Cultura daba la impresión que se rascaba el ombligo con un lápiz y el Secretario de Gobierno parecía empeñado en acomodarse alguna cosa difícil de acomodar que tenía en el bolsillo derecho. El único que parecía estar completamente despierto era el Senador Pirola quién miraba al frente con los ojos abiertos como el dos de oro.

- Es increíble la capacidad que tiene el Senador para dormir con los ojos abiertos. - dijo un petiso de bigotes que revista para el periódico "El Colono".

- Sin embargo parece muy atento - respondió un flaco de la radio Dinámica.

- Si, pero el hecho es que está completamente dormido. Son técnicas orientales obligatorias para todo aquel que ingresa por primera vez a la legislatura.

El discurso andaba ahora por la parte en que Mamá Juniors se quejaba de la gente que no entiende nada de nada y que pone palos en la rueda Una nube de mosquitos, mientras tanto, atropellaba a los miembros del gabinete quienes hacían lo posible para mantenerse inmóviles y con el ceño fruncido.

- ¡Lo que más bronca me da es que no vino nadie! - dijo de pronto el Ingeniero Schmidt despertándose de pronto- ¡Ni siquiera los parientes vinieron! ¿Dónde están los capitostes del partido? ¿No era que nos iban a apoyar?

- Los capitostes del partido como usted dice - susurró entre dientes el tenedor de libros Bertero mientras simulaba seguir el discurso- son todos piantavotos, por eso es mejor que no vengan....

- Sin embargo, cuando hablaba Caponino este salón estaba hasta la jeta.
 
Cuando la señora culminó con su reseña de todo lo que supuestamente hizo nadie se dio cuenta. La mujer observó con cierta tristeza a su gabinete comprobando que todos sus integrantes estaban completamente dormidos, cerró la carpeta, miró a su alrededor mientras terminaba el tecito con caña y mientras se sacaba una sandalia para aplastar a un mosquito susurró algo inteligible entre dientes. Después desapareció sin saludar a ninguno de los presentes.

- ¿Qué dijo la señora? - preguntó discretamente a su Seccretaria el Presidente del Concejo, "Grenón el Magnífico."

- Lo lamento señor, son palabras irrepetibles.

- Le ordeno que me diga de inmediato lo que dijo la señora Intendenta antes de retirarse.

- Esta bien, Señor, dijo que se pueden ir todos a la misma mierda...

El Presidente dudó unos instantes y luego ordenó la secretaria que "tome nota" , a continuación bajó del estrado acomodándose los lentes, pasó frente al gabinete de notables que dormía con los ojos abiertos y enfiló hacia su despacho seguido por una cuadrilla de mosquitos.

- No me explico por qué no lo pican al Presidente Grenón. - dijo perplejo un empleado del cuerpo.

- Son mosquitos radicales. -Contestó Carrizo desperezándose.