AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 4

Número: 181

¡LA NOVELA NO SE RINDE! ¡CAPÍTULO IMPERDIBLE PARA LEER EL FIN DE SEMANA! HOY: "OBAMA"

En el único castillo histórico que se mantiene en pie, palacio blanco donde tiene las asentaderas el gobierno, en la ciudad de Esperanza, Suiza de las Pampas, caserío a orillas de un río Salado que se llama (¡Oh curiosa coincidencia!) precisamente "río Salado", en una de las provincias de la República Argentina atacada por una "seca" como nunca se vio y que responde al nombre de Santa Fe (la provincia, no la "seca"), retozaba en su silla curul la primera mujer gobernanta de estos pagos en el mediodía de enero del año del Señor número 2009. Mamá Juniors, la Grande, la Grandota, la mama gaucha, la Pachamama de rostro enjuto y mano temblequeante, en fin, la débil mujer que la Providencia asignara a este pueblo de valesanos para bien o para mal, para deleite o para castigo, para que se vayan todos al cielo, para que se vayan todos al infierno o para que se vayan todos a la mierda.

- ¡Señora, Reina de Reinas, Grande Dama Blanca, con el permiso de Su Graciosa Majestad me inclino ante sus pies y solicito su bendición para imponerla de las últimas novedades!

Ël hombre que así hablaba era ni más ni menos que uno de los asesores "estrella" de la Reina al que llamaban Doctor Chapatín, dueño y señor de las vidas y haciendas de los habitantes de la comarca, leguleyo de curiosa habilidad capaz de dejar en la miseria al más rico, mudo al parlanchín y ciego al tuerto (de hecho ya lo había hecho, según su fama, dejando ciego a un venado tuerto).

- Levántese del piso doctor y léame las noticias. - Dijo la Gran Dama haciendo señas con la mano al abogado, quién se había arrojado sobre la alfombra en señal de respeto.
- Bien señora así lo haré -el jurisconsulto desenrolló un papiro con la mano derecha mientras con la izquierda se limpiaba la tierra de la ropa - ¡La más grande novedad que conmueve al mundo gran señora es que comienza la era de Obama!

- ¿Obama? ¿Qué cosa es Obama, acaso otro invento de Fascendini? - dijo la alcaldesa aludiendo a su máximo enemigo, el Diputado radicha.

- No precisamente, su majestad, se trata del nuevo Presidente de Estados Unidos, ni más ni menos, el hombre más poderoso del mundo...

- ¿Más poderoso que Ortiz de la Guinda?

- Mucho más, señora.

- Está bien, continúe señor Chapatín... - dijo la Intendenta mientras ordenaba a sus edecanes que le preparen un vaso de Cubana sello verde.

- No he terminado con Obama señora, creo que el primer Presidente negro de la historia del país del norte justificaría un viaje para presentarle nuestros respetos....

- ¿Un negro, dijo, doctor?

- Así es, el primer Presidente negro, su majestad.

La alcaldesa se levantó de pronto con la cubana sello verde en la mano derecha y miró con fiereza al abogado que miraba el piso en señal de respeto. Uno de los sirvientes prendió el ventilador de techo con la intención de enfriar el ambiente. La señora se mandó un trago y giró en dirección a los ventanales mirando la nube de pájaros negros que iba y venía por la añosa arboleda de la gran plaza de la ciudad.

- Usted sabe doctor Chapatín que el negro no es mi color preferido.

- Lo sé señora.

- ¡Y me viene a arruinar el día con la noticia de que el mandamás en este mundo es un negro! ¡Usted no tiene sangre doctor...!

- Eso ya lo sabía señora.

- ¡Y por si eso fuera poco me viene a decir que tendríamos que ir a presentarle al negro nuestros respetos! ¿Usted sabe lo que está diciendo señor Gabriel Chapatín o acaso a perdido el juicio? - La mujer, reina de reinas había sacado un abanico y se apantallaba el escote con cierta violencia.

- Señora, piense que su mejor amiga y Presidenta de los argentinos, la señora Cristina de América, se lo pide...

- ¡Cristina, la elegida, ella lo pide, cómo no me lo dijo antes, doctor...!

- Usted no me dio tiempo, su majestad.
 
Mamá Juniors se hizo preparar otra cubana sello verde y se acomodó la pollera amarilla con flores verdes que le había regalado la Concejala Copes. Se detuvo frente al almanaque un instante y empinando un trago hizo llamar de inmediato al tesorero del Reino, el amanuense Titín Bertero, quién llegó tan rápido que todos sospecharon que escuchaba detrás de la puerta.

-¡Ordene señora alcaldesa! -exclamó el Perito mercantil mientras se arrodillaba tomando la precaución de colocar una planilla de sueldos en el piso.

- ¡Señor Titín, consiga de inmediato dos pasajes en avión, primera clase, a los Estados Unidos de América!

- ¿A dónde...? - preguntó el tesorero- ¿A qué van a ir ustedes a Estados Unidos?

- A saludar al negro -respondió la alcaldesa.

- ¿Obama?

- Así es, lo pide la señora Cristina y allá iremos de inmediato.

- ¿Y por qué no va ella, si se puede saber? - insistió el perito mercantil.

- Porque dice que es un negro imperialista ... - apuntó el asesor Chapatín que ahora se había apropiado del abanico y se hacía viento en las verijas.

La señora alcaldesa había ordenado a uno de sus ayudantes que le traiga un bolso con una muda de ropa, dos pares de zapatos, un trajecito, dos pañuelos, un rollo de papel higiénico y una botella de Hespiridina. La dama, visiblemente entusiasmada iba y venía por la habitación hablando sola como ensayando lo que le iba a decir a Obama en la audiencia que seguramente le concedería.

- Señora.... - interrumpió de pronto el tesorero.

- ¿Qué quiere ahora? ¿Qué hace que no está llamando para conseguir los pasajes?

- Lamento desilusionarla señora, pero el viaje en avión será imposible, las arcas del reino no soportarían semejante gasto. - dijo el tesorero mientras señalaba sus bolsillos- solo habría una forma de que viajen...

- ¿Qué forma? ¡Hable de una vez señor tesorero...!

- Pensé que podrían ir en la Kangoo que compramos últimamente, no es una cosa de locos pero piense usted que es cero kilómetro...

La "Kangoo" a que se refería el funcionario era una especie de furgón fiambrero que el gobierno de la señora alcaldesa había comprado con la inocente intención de eliminar de su inventario un vehículo de lujo (que se entregó a cambio de la chatita Kangoo) usado por el anterior alcalde de la ciudad, que suponía, según los asesores de la señora, una arrogancia en quién lo maneje, al parecer, ofensiva para el pueblo. De hecho se hizo un pésimo negocio.

- Usted me ofende señor. ¡Está loco si cree que iremos a Estados Unidos en esa albóndiga!

En ese preciso momento se abrieron los portalones del gran salón dando paso a uno de los edecanes que a viva voz, previo cornetazo, anunció a la señora Intendenta que se había recibido un bando con la orden de la Presidenta Cristina para que miembros encumbrados de la Intendencia peronista esperancina concurran de inmediato a presentar sus respetos al Presidente Obama, con la amenaza implícita, si dicha orden no se cumpliera, de suspender las "gestiones" por la circunvalación que hiciera Mamá Juniors con el Senador Pirola.

La señora Mamá Juniors de desplomó en su cómodo sillón, dejó suavemente la copa de cubana en la bandeja que le ofrecía uno de los cortesanos y casi llorando habló y dijo:

- Lo único que lamento es hacer tanto sacrificio por un negro ... - dijo mientras ordenaba que prepararan la renoleta.

Los pájaros negros parecían explotar con sus vuelos y chillidos. El palacio blanco era un monumento estático calcinado por el sol del verano y parecía solo piedra sin el más leve vestigio humano. En ese panorama la visión enternecedora de una mujer se pudo ver en los balcones con un abanico en la mano izquierda, apantallandose tristemente el escote.
 
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