Por: Edgardo Ferrero
(edgardoferrero47@gmail.com)
Aclaración: Para evitar malentendidos, el narrador aclara, que los personajes de estas historias son absolutamente ficticios, falsos, inventados, producto de la fantasía, pura literatura. También es necesario aclarar que todo lo que se cuenta aquí es bruto delirio de la fiaca creadora. En caso de producirse alguna similitud con cualquier hecho real debe adjudicarse a simple casualidad, magia de la literatura ¿vio?. (E. F)
 
HOY: GRENON EL MAGNIFICO
El calor apretaba en la ciudad y los miembros de la corte de la Gran Señora de las Pampas - todos apellidos ilustres con ancestros entre los colonizadores que llegaran con Castellanos allá lejos y hace tiempo-, habían decidido entretenerse conversando despreocupadamente en el interior del Palacio Blanco que todos ocupan desde hace un año por obra y gracia de San Expedito y de la gente que los votó. "Pensar que había llegado hasta ese distinguida ciudad hace unos años, con la ilusión de vivir sobre una Avenida y hoy en día, ese sueño que parecía tan lejano se hace realidad de la manera más impensada" - dijo mirando por los ventanales el barbado Sub Secretario de la producción mientras se apretaba un grano rebelde que le abultaba la frente.
 
- Cómo me gustaría tener mucha plata, queridos míos, para poder hacer algunas cosas en esta ciudad...-dijo la señora Alcaldesa mientras se estiraba en el trono-
- Hay cosas que ni con plata se pueden hacer, esta misma calle, por ejemplo, a la que todos veíamos como una coqueta Avenida llena de flores, bueno, hoy parece una cancha de bochas y no se necesita plata para embellecerla. Muchos creen que gobierno y plata son la misma cosa... - Recitó desde un rincón el Concejal Martín Carrizo que estaba esperando un mixto de jamón y queso que encargara en el bar de la esquina..
- ¿Y no es así? - saltó con cierta violencia el tesorero Titín.
- Con plata sola no se llega a ninguna parte, hijo.
- Explíquese Concejal...
- Un bruto con plata no sirve para nada, porque necesita ser educado para que sepa que hacer con la plata....
- Eso es lo que dicen de nosotros los vecinos y tal vez tengan razón, no es tan simple la cosa, pero peor es un bruto sin plata ¿verdad?
- El poder depende de muchas cosas, hacen falta además de plata otros ingredientes: conocimiento... fuerza.
- ¿Fuerza, maestro?
- Así es, pequeño, los que han vivido en este país saben de que estoy hablando...
- ¿Usted cree que tendríamos que hacer las cosas por la fuerza?
El veterano Concejal, sabio y maestro, miraba con cierta melancolía por el hueco que dejaban las cortinas. Una brisa suave entraba por los ventanales y el edificio de la Muniblanca se plantaba, monumental, con sus amplios ventanales, como si se tratara de una foto del pasado. "Cuántas cosas han sucedido en estos 25 años de democracia - filosofó Martín con lo ojos llenos e lágrimas- "Cuántos entraron por esas puertas pensando que jamás volverían y volvieron" "Y cuantos entraron sonrientes y confiados y nunca los volvimos a ver..."
- Los Demócratas Cristianos, los Demócratas Progresistas, los que se hacen los peronistas, los que tienen los pelos que se le salen por la camiseta...- el Edil de los mostachos hizo un corto silencio, después continuó- los que gobernaron sin que nadie los vote...
- ¿Qué pasó maestro...? -preguntó interesado uno de los edecanes-
- En esa época se cometían muchas crueldades, había una monumental confusión, los buenos parecían malos y lo peor es que los malos parecían buenos.
- ¡Igual que ahora! -dijo desde el fondo el Concejal Grenón entrando a paso de murga por los fondos del Gran Salón de los tejemanejes- ¡Igual que ahora! ¡Los buenos parecen malos y los malos parecen buenos!
Los presentes viendo entrar al Edil de los ediles, al estratega mayor del Concejo, el nuevo Cicerón de la citi, se inclinaron besando la alfombra a su paso. El tribuno del reino miraba con desdén a uno y otro costado, revoleando la toga mientras se acomodaba la corona de laureles que, en honor a la verdad, le iba grande dado el tamaño de la cabeza de su antecesor el parlamentario Sir Piqui Andreoli que a todas luces era más cabezón.
- ¡Vuelve el jolgorio al Concejo! - gritó una secretaria estirándose la minifalda.
- ¡Aguante Grenón el Magnífico! -arriesgaron unos directores que ahora limpiaban los baños de la Casa Blanca.
- ¡Que está pasando, señores! ¿Qué pasa con este coso que está tan agrandado? - preguntó la señora Alcaldesa que dormía la siesta sobre el escritorio.
- Este es el nuevo Presidente del Concejo Gran Ama de Leche. - le susurró el tesorero.
- ¡Y por eso tiene que venir a despertarme de la siesta! ¿Y qué es lo que hace el Presidente del Concejo si se puede saber?
- El Presidente del Concejo, Señora, organiza los dimes y diretes del poder legislativo ciudadano.
- ¿Y no puede hacer lo que hace sin producir tanto ruido, de donde salió el muñeco este?
- Este es un muñeco que viene directo de Fascendinilandia, gran señora.
- ¡De Fascendinilandia! - La alcaldesa pidió una caña Legui que se mandó de un saque.- ¡El Presidente del Concejo es un radicheta de la línea fascendínica, no lo puedo creer! ¡Qué estuvieron haciendo mientras esto sucedía! ¿Dónde está Carrizo el invencible?
- ¡Acá estoy señora! - gritó arrojándose a los pies de la primera dama el militante ortodoxo y peronista solitario Martín del Niño Jesús Carrizo.
- ¿Qué ha sucedido, por qué tenemos que soportar estas humillaciones, no es que iba a ser usted el Presidente?
El concejal Peronista se adelantó mordiendo la bandera argentina y mirando con ira manifiesta a todos los presentes, tomó un pisapapeles y lo lanzó con furia en dirección a la foto de Fascendini que sonreía desde su sitio en la pared, con tanta mala puntería que fue a clavarlo en la propia jeta de su jefa espiritual la llamada Mamá Juniors la Prestamista que para colmo era que lo estaba encarando ahora.
- ¡Concejal Carrizo! ¡Le estoy preguntando que carajo hacía usted mientras los radicales oriundos de Fascendinilandia se apropiaban de la jefatura del Concejo!
El Edil ortodoxo, fundamentalista y tanguero, levantó la vista y pareció despertar de un largo sueño militante. Miró con cara de guerra a la Jefa del Movimiento que lo increpaba y recordando toda su historia de penas, peligros, proscripciones, procedió a acomodarse los bigotes y con una voz propia de los cuarteles habló y dijo:
- ¡Váyanse todos a la misma mierda!
Dicho lo cual, textual tal y como suena, el hombre hizo una enérgica media vuelta y salió a paso de procesión sin que nadie se anime a detenerlo. A esa hora exactamente los pájaros cagadores retornaban de sus excursiones por el campo y se disponían a depositar sus tupidos excrementos sobre los senderos impolutos de la plaza mayor.