El mes más peronista del año es Octubre. Precisamente un 17 de octubre nace lo que sería el movimiento nacional justicialista que marcaría a fuego la política argentina.   
Es redundante hacer historia del peronismo, recordar sus luchas, sus proscripciones, sus muertos y sus gobiernos. La historia del peronismo es la historia de los argentinos. Perón mismo lo dijo una vez con su enorme ironía "hay matices, partidos, pero peronistas somos todos", incluía a todos los argentinos en esa sentencia, liberales y nacionalistas, la patria socialista y la patria sindical. Todos somos peronistas.

Esperanza podría ser la excepción al planteo del General. En Esperanza nunca ganó el peronismo. Hoy mismo tenemos un gobierno solo en apariencia peronista. La apariencia que los mismos militantes peronistas buscaron para salir de perdedores, buscaron "caras nuevas" o "caras viejas" más digeribles para los habitantes de esta ciudad. Probaron, probaron y finalmente lo consiguieron. Tienen un gobierno en apariencia peronista. Los viejos militantes y luchadores del partido histórico no participan de la gestión Meiners. Tienen protagonismo algunos personajes que ni siquiera están afiliados al partido. Una parodia.

Desde el partido en este mes de octubre se saldrá a hablar de Perón y el peronismo. Eso significa que algunos viejos afiliados se prestarán a sostener la farsa, algunos a cambio de un puestito para algún pariente y otros para que los tengan en cuenta en el momento de la confección de listas de concejales.

La doctrina peronista no debería ser siquiera mencionada en esta comarca y menos emparentarla con el gobierno municipal. Porque este gobierno municipal no tiene nada que ver con la doctrina de Perón y el peronismo. Mas bien parece lo contrario. Eso no es ni malo ni bueno, estamos en un país libre según dicen y se puede pensar como se quiera. Lo que está mal es usar al peronismo, adherir "gestualmente" a sus principios, para llegar a los sillones y luego traicionar su doctrina en los hechos.  
Eso da pena.