AÑO 18

NUMERO 61629

Novela

Año: 3

Número: 154

¡LA NOVELA ESTA QUE ARDE! ¡EN EL CAPITULO NUEVE MAMA JUNIORS SE ENFRENTA CON LOS BASUREROS! ¡ACCIÓN AL MANGO!

Habían dado apenas las 8 de día sábado cuando arrancaron refunfuñando a la gran alcaldesa de la Suiza de Las Pampas de su bien ganado reposo y después de obligarla a inaugurar por segunda vez una cinta transportadora de basura con su correspondiente discurso, la llevaron a la Sala de los Lances Litigiosos para resolver el pleito que registra el Municipio local con los operarios encargados de recoger la basura del reino. Debe entender el que lee que la gran Ama de Leche del Salado, en día feriado, abandona su trajecito de rigor o su poncho con flecos de etiqueta y se empilcha con yoging todo blanco, zapatillas y vincha al tono con leyenda que dice "no nos apure si nos quiere sacar buenos". Con un look propiamente de colegiala, favorecidas sus formas por la prenda de algodón se presentó la Intendenta frente a siete corpulentos hombroides que la esperaban formados y en posición de firmes.
- ¡Atención! -gritó el secretario Raúl de la Cueva viendo que entraba la señora a paso de murga como una tormenta de nieve.- ¡Atención! ¡Firrr mes! -insistió De La Cueva y los recolectores de basura hicieron sonar los tacos de sus alpargatas. Ni bien la señora estuvo instalada en su silla curul el secretario se adelantó portando en su mano derecha un estandarte de la ONG "puelches" y con cara de guerra presentó a los hombres de la basura.
-¡Señora alcaldesa, Esplendencia de las Esplendencias, Protectora del Salado, Restauradora de las leyes prefascendínicas, pido su venia para presentar ante usted al escuadrón de basureros bajo su mando en retiro efectivo trabajando a reglamento...!!!
-¡Proceda! - ordenó la señora mientras se acomodaba la vincha.
- ¡Escuadrón de la basura.... al hombro hart!

Cuando el secretario De La Cueva dio la orden "al hombro hart" los siete magníficos (que así parece que le dicen a los recolectores rebeldes) levantaron unas bolsas de consorcio que portaban en la mano derecha y se la colocaron al hombro. De inmediato De La Cueva con cara de enojado hizo un "izquierda izquier..." o sea un giro tipo conscripto y quedó frente a frente con Mamá Juniors.
- ¡Escuadrón presentado, completo, sin novedad, señora Comandanta!
- ¿Sin novedad? -preguntó la dama de hierro que se había parado para levantarse el yoging.
- ¡Sin novedad!
- ¡Cómo sin novedad y no me dice usted que están trabajando a reglamento! - dijo la alcaldesa bajando la voz para que no escuchen los otros.
- Y bueno, sin novedad, o sea que siguen trajando a reglamento, Esplendencia.
- ¿Y que quiere decir que trabajan a reglamento?
- Quiere decir juntan la basura del reino caminando.
- ¿Y antes como la juntaban?
- Ellos dicen que la juntaban corriendo.
- No entiendo. Si antes la juntaban corriendo entonces demoraban menos... ¿para qué quieren entonces horas extras? - dijo susurrando la Gran Restauradora mientras se ataba el cordón de una zapatilla.
- No se trata de terminar antes o después, quieren las horas extras porque con las horas extras cobran más, señora.

Su Graciosa Majestad permaneció un instante meditabunda sin saber si reirse o indignarse. Los Cortesanos viendo a la Gran Ama de Leche meditabunda, se pusieron también meditabundos sin saber si reírse o indignarse. Entonces se puso de pie la señora toda blanca con su yoging y su vincha como si fuera un sachet de leche gigante y después de mandar que atasen a los obreros de pies y manos se arrimó y les dijo:
- ¡Ordeno, dispondo y mando:
1) Que se restituya el antiguo prescripto por el cual los Intendentes tenían facultad de azotar por mano propia o ajena a los trabajadores que no trabajaban.
2) Todo aquel que quiera ejercer el noble oficio de recolector de basura pasará (después del diploma) un año de práctica encerrado en la cava de Donnet en la cual deberá dar pruebas de su sentido moral, amor al prójimo, capacidad de sacrificio, despego del dinero, decencia, cortesía, equilibrio mental, discreción además de sus capacidades técnicas, bajo la alta dirección del señor doctor Titín Bertero, tesorero, asesor y albacea de la Suiza de las Pampas. Cópiese, publíquese y cúmplase.
 
Dictado lo cual, enjugóse la señora el sudor y diose una gran palmada en la barriga en señal de autosatisfacción de sí misma. Aunque la cosa no terminó allí ya que los hombretones se desataron de sus ataduras y en un arranque de furia sin precedentes procedieron a propinarle una sucesión de patadas a su Graciosa Majestad en zona prohibida. Acto seguido vaciaron las bolsas de consorcio sobre la dama blanca dejando su yoging decorado con cáscaras de banana, restos de hamburguesa y sendas cajas retorcidas de vino común. En el bolsillo superior del equipo blanco de la señora se notaba la presencia de una zanahoria mordida. Un grisín le asomaba por el elástico de la cintura. La inmaculada zapatilla derecha de Mamá Juniors tenía ahora un pompón de salsa golf.

Cuando hubo pasado el atentado entró presto un ordenanza con un fuentón humeante y un biombo con motivos chinescos tras el cual la gran señora procedió a los trabajos de higiene, los cuales una vez concluídos la mostraron envuelta en un toallón amarillo patito. Con el toallón cubriendo sus partes y una toalla haciendo las veces de turbante la dama de hierro señaló con un rulero a todo su gabinete y gritó a viva voz:
- ¡Una humillación más y renuncio!

La mitad del sábado se había desvanecido con la quietud que caracteriza a todos los sábados de la Suiza de las Pampas. Desde los ventanales de la Muniblanca podían escucharse las voces apagadas de aquellos que pugnaban por la propiedad del día. El bunker blanco, la fortaleza donde se cobija el poder absoluto, el santuario de la Pachamama, el palacio de la Isabel Sarli del siglo XXI estaba en silencio absoluto sin mostrar detalle de la procesión que iba por dentro.
 
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