Enseguida hizo una seña a su secretario para que este encienda un televisor de 20 pulgadas que se encontraba a un costado.  Las primeras imagenes que correspondían a un video de excelente calidad mostraban con fondo de una música sensual a los dos grandotes que se iban  desnudando  hasta
quedar ambos con un pequeño taparrabos rojo que abultaba peligrosamente adelante y apenas recorría la raya “ínter-glútea” detrás. Terminado el acto. El secretario Chuky apagó el aparato y  el gran Capo miró a todos con una sonrisa pícara aguardando no se sabe qué, con las manos en la cintura.
-¿Es todo? -preguntó perplejo el Intendente-
- Así es -dijo el flaquito que hacía las veces de representante de los otros dos-  Aunque se puede hacer el número agregando un disfraz de cura párroco e ir arrojando la sotana y el resto de los ...
-Esta bien. Entiendo. -interrumpió el jefe-
-Eso gusta mucho...-siguió el otro-
-Me imagino. Ahora, quisiera saber que es lo que pensaban hacer con eso...
-Bien, usted sabe gran señor que la tecnología hoy en día permite grandes realizaciones...
-Al grano... -se impacientón el Zorro gringo-
-Con algunas imágenes suyas que tomaríamos con esta camarita y sin que usted sepa una vez editado el   video serían usted y su secretario los desnudos...
-¿Yo y el señor Chuky en taparrabos con ese hilo en las sentaderas...?
-Así es señor...
-¿Pero, y para qué tomarse semejante trabajo?
-Para pasarlo a toda la nación a través de nuestro canal...
-¿Toda la Nación nos vería en taparrabos a mí y a mi secretario...?
- Es que ustedes tienen algunos enemigos, señor...
-¿En la Capital...?
-No, por favor, en la Capital ni saben que existen. Es acá donde tienen enemigos de cuidado.
-¿Ellos...?
-Ellos, gran señor.
-Aunque hay algo que no entiendo. ¿Qué interés tienen ustedes en mostrarnos a mí y al señor Chuky en paños menores?
-Nada en particular señor Nino, pero el hecho de mostrar hombres semidesnudos tiene bastante aceptación entre los jóvenes...
-¿Nosotros en ropa interior despertaríamos la curiosidad de los jóvenes dice usted...?
-No solo a los jóvenes, también tiene mucha aceptación entre mujeres grandes, casaderas y madres de familia...
-¡Oh! ¡También madres...!
-Así es...
Algunos de los que presenciaban la escena tuvieron un repentino ataque de tos. Unas risitas se escucharon desde un sector donde se encontraban las empleadas más jóvenes, y ese fue el último ruidito que se escuchó antes de se haga un silencio patético. Fue un extraño paréntesis reflexivo, después del cual el Intendente habló:
(continuará)