PERON NO TIENE (TODA) LA CULPA

Que nos haya tocado a nosotros un "rejuntado" que nos gobierna mal y que no pega una no significa que le echemos toda la culpa al peronismo. Es cierto que la señora Meiners es un producto elaborado por el partido Justicialista y que surgió luego de varios años de insistencia y de no pocas frustraciones. Es cierto también que con la gente del palo no se podía ganar ni a las bolitas, pero hay que reconocer que dentro del peronismo quedan algunos afiliados con buenas intenciones. Con ganas de servir a la ciudad desinteresadamente, con mística, corazón y todo eso que se dice. Pero igual, el peronismo es el fabricante del producto Meiners y ahora que el producto salió defectuoso debe hacerse cargo.

Los afiliados que colaboraron en la gestación del producto Meiners no se imaginaron que la señora iba a rodearse del "rejuntado" (tal vez creyendo que la suma de profesionales bastaba para el éxito seguro) pero al poco tiempo comprobaron que la mujer no solo despreciaba a aquellos que desde el partido la habían llevado al podio sino que (díscola la dama)
se refugiaba a la sombra de una congregación sin el sello de garantía peronista.

No obstante sigo sosteniendo que el peronismo esperancino no tiene toda la culpa de lo que sucede (y de lo que va a suceder que tal vez sea peor) aunque seguro quedará registrado en la historia (en el museo) que fue el inventor del pequeño monstruo que trajo la sucesión de iniquidades en la Suiza de las Pampas.

Por supuesto que los culpables directos son los que impusieron a la candidata, los que insistieron en el engendro y los que tenían poder para conseguir ese (ahora negro) objetivo. No estamos hablando de los pobres peronistas locales, hablamos de aquellos que en tiempo y forma eran palabra santa para las decisiones en el partido (Saludos al escribano). Igual, lo que sucedio después pertenece a la ristra de pecados de la señora y su sustituto que hoy en día son los dueños de su propio destino. Lástima que
nuestro destino va atado al de ellos.