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Opinión

Año: 12

Número: 585

TUCUMAN: ELECCIONES MILLONARIAS EN EL NORTE POBRE.

TUCUMAN: ELECCIONES MILLONARIAS EN EL NORTE POBRE.

El escándalo de las elecciones en Tucumán llamó la atención de la prensa internacional. Este martes, el diario El País llevó el tema a su portada y puso a la provincia como ejemplo de "cómo impera el clientelismo y el mercadeo de votos en esta región".

"El kirchnerismo logró la victoria después de que los diversos candidatos invirtieran grandes cantidades de dinero para llevar a los ciudadanos a votar y darles regalos", sentencia el artículo firmado por el periodista Carlos Cué. La noticia fue mandada a imprenta antes de que comenzase la represión contra los manifestantes que se movilizaron a la plaza de San Miguel de Tucumán por las denuncias de fraude.

La crónica da detalles sobre el aceitado sistema clientelar para llevar a la gente a votar utilizado el domingo. Sólo Macelo Caponio, secretario de Gobierno y candidato a legislador de la provincia, puso 2.000 autos para llevar personas a votar. Según el cálculo que él mismo realizó ante el diario, a lo largo del día trasladan unas 30.000 personas. Al bajar del auto, a cada una de ellas le dan una boleta con su nombre.

"Pero lo hacemos como un servicio público. De las 30.000 personas que muevo a lo mejor me votan la mitad", se defiende. Es apenas quien encabeza una de las 50 listas de candidatos a legisladores que hubo en el distrito.

Al chófer de cada auto se le paga $1.000 por el día, a los que se les suman los $1.000 que recibe cada fiscal por custodiar su boleta en el complicado sistema de acople, un mecanismo que habilita que cada postulante a gobernador lleve decenas de listas detrás. Según los cálculos del diario, sólo el gasto de ese candidato es equivalente a medio millón de euros. Unos nueve millones de pesos.


El kilométrico sistema de boletas tucumano
Caponio no es el único. Armando Cortalezzi, su principal rival en la interna del kirchnerismo, no sólo paga autos para que lleven a los votantes a las escuelas. En los días previos a la elección, se encargó de realizar regalos por el Día del Niño, el reparto de unas 3.000 bolsas de caramelos y sorteos de bicicletas.

Caponio fue más lejos y hasta sorteó un auto. "No es la primera vez. Ya hemos sorteado seis, los pagamos con dinero del sindicato para la gente humilde. Y luego ellos deciden si votarnos o no. Nadie les obliga", argumentó.

Los bolsones de comida, por supuesto, también forman parte del reparto. El actual secretario de Gobierno de la administración de José Alperovich insistió en defender las prácticas. "Claro que hay bolsones, es una tradición en Tucumán desde hace 30 años. Pero cuando entran en el cuarto oscuro votan lo que quieren, no hay forma de comprobarlo", sentenció.

En el interior de la provincia, el panorama es trágico. En el pueblo de La Banda del Río, una de las localidades más pobres del distrito, los candidatos prometen resolver las necesidades básicas insatisfechas. Pero sólo si ganan. "Vino uno y dijo: 'Si yo me siento donde me tengo que sentar, después de las elecciones les voy a dar lo que necesitan'. Nos pidieron incluso que nos quedáramos en casa porque iban a venir a tomar medidas para arreglarlas y ponerles un baño. Pero para eso hay que votarles", contó María José, habitante del pueblo. Todavía sigue sin baño.