La intendente municipal Ana María Meiners recibió en su despacho a la Comisión Directiva y miembros del Centro de Jubilados y Pensionados de Esperanza, quienes querían manifestarle personalmente "un sincero agradecimiento por su activa participación en la búsqueda de soluciones a los inconvenientes económicos- financieros que se venían suscitando en la Caja Municipal de Previsión Social desde hace ya un tiempo". 

Está bién que estemos en campaña y que algunos miembros del directotio de la Caja Municipal sean peronistas, pero no se puede llegar al extremo de andar a los besos con quienes hicieron todo lo posible para que los jubilados municipales no cobren. La ordenanza que obliga al poder ejecutivo Meiners a poner la plata que falta cada vez que la Caja Municipal no llegue con los fondos para pagar a los jubilados es una ordenanza impulsada por el bloque radical. La Intendenta Meiners era una férrea opositora caprichosa y tosuda a poner una sola moneda de Rentas Generales. ¿Por qué los jubilados le agradecen? No se sabe, será tal vez el ejercicio del mandato católico de amar a los enemigos, poner la otra mejillal o perdonar a los que nos ofenden y perjudican. En fin, esta conducta no es ni radical, ni socialista ni peronista, solo responde al axioma de que la estupidez, por lo menos en nuestra ciudad, no tiene límites.

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