Alfonso Gómez, el delfín del municipio esperancino, largó un curioso autobombo por las redes sociales, un sitio abundante en fotos donde el "coso" sonríe, toma caña con ruda, se hace el bueno y se saca fotos delante del pavimento recién hecho. ¿Qué pasa, querrá ser Intendente? ¿Se retira la señora y habrá llamado a elecciones tempranas?. Tal vez sí, tal vez no, pero que es raro, es raro. Leer es entender un poco. Métale, sin asco.


“¿Usted Gómez se tiró a la pileta?”, dijo la señora con el seño fruncido y acomodándose el portasenos.

“No entiendo, ¿qué quiere decir señora?”, dijo Gómez.

“Digo que usted se saca fotos sonriendo como Perón cuando era joven, toma caña con ruda y… no se haga el boludo porque no me gusta, che. ¿Qué pasa, quiere ser Intendente o lo hace para conseguir minitas?”

Gómez se acomodó las cejas y miró de reojo la foto de Fascendini que sobresalía entre el lote de Intendentes de la primera colonia. Después miró fijamente a la alcaldesa, tomó coraje y dijo:

“Sabe qué pasa señora, nunca hubo un Gómez conduciendo la ciudad”

“¡Qué dice Gómez, chocolate por la noticia, tampoco hubo un Girolimetto y nadie anda mostrando la facha por ahí”!

“Pero mi mamá dice que sería lindo que haya un Gómez en el sillón de Fascendini”, dijo Gómez.

“¡Qué lo parió, ahora sí que se deschavó, usted quiere ser como Fascendini! ¡No le dá vergüenza Gomez!”

Gómez vio que la señora se acercaba peligrosamente a una réplica de una estatuilla del Colonizador que se encontraba sobre el escritorio y se cobijó detrás de un perchero.

“Usted Gómez es un traidor” dijo como para sí la señora y repitió de “prepo” “¿Usted Gómez es un traidor”?

“No señora –dijo Gómez desde el perchero- ¿por Dios, por qué me lo dice?”

“¡No llore, Gómez, no quiero un Intendente que llore, usted me parece un “trucho” porque quiere retomar el proyecto de fascendinilandia!”

“Yo soy peronista señora, primero la Patria, segundo el movimiento, tercero los hombres”, dijo Gómez sacando pecho.

“Eso parece la receta del “brochet” primero el pollo, segundo la cebolla, tercero el morrón” dijo caliente la primera dama, después, con los cachetes al rojo vivo, agregó:
“Mire, si va a toma como modelo a Fascendini, lamento decirle que yo como referente del partido peronista, tengo que expulsarlo de inmediato, aquí y ahora, he dicho”

Gómez bajó la cabeza, salió de su escondite, se sacó la camisa afuera y se desabrochó dos botones. “Soy peronista, señora”

“¡Qué hace Gómez, se va a desabrochar la bragueta, también, vamos, salga de acá degenerado, usted es un trepador, un advenedizo, un capanga, un tordillo y un gorila, fuiiiiiira!”

“Está bien señora”, dijo Gómez haciendo “puchero”

“¿Está bien qué, Gómez?”

“No lo voy a imitar a Fascendini la voy a imitar a usted”

Entonces, la señora sacó una caja con ruleros de un cajón de su escritorio, miró a los ojos a Gómez y le dijo:

“¿En serio quiere ser usted Intendente?”
(Continuará)
 

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