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Actualidad

Año: 12

Número: 587

PERONISMO ESPERANCINO: EN LA PROVINCIA Y EN LA CIUDAD, SIEMPRE AL COSTADO DE LOS RIELES.

PERONISMO ESPERANCINO: EN LA PROVINCIA Y EN LA CIUDAD, SIEMPRE AL COSTADO DE LOS RIELES.

No es fácil de entender, ganaron la ciudad tres veces y las tres veces se quedaron mirando como se iba el tren. Meiners inició con los viejos caciques y en la primera de cambio los dejó a pie. Carrizo, Zelko, Potolicchio, Strickler, Andreoli, Baravalle y otros capitostes de la básica local siguen parados en el anden mirando como la locomotora que les sigue echando humo en la cara.  Cuatro años más frente a las vías, levantando las propinas que le tiran por las ventanillas, consistentes en algún puestito menor en el municipio, para un cuñado, para un hijo o para un sobrino. Para colmo los que van muy erguidos en el pullman (que era para ellos) son desconocidos, importados de cualquier lugar, menos del riñón del justicialismo, donde los "históricos" mamaron la sufrida política peronista y las patadas en el culo que les propinara la dictadura. Gómez, Anza, Robledo, no solo son extraños al partido, son extraños a la ciudad, su presencia solo puede ser justificada por los caprichos de la conductora jefa. ¿Qué papel juega el peronismo esperancino? ¿Quiere el poder de alguna caja o cajita, donde poner en práctica toda la doctrina aprendida son sangre sudor y lágrimas? O solo sirve para los aplausos, para sacar el pañuelo, al costado de los rieles y saludar a los que se van en el tren.

Los vetustos saldos revolucionarios del partido del General, con sus bastones de mando, sus mariscales y sus veinte verdades, se va llevando al cementerio la historia y la doctrina. Esperanza es un lugar donde la política no paga. Muchos militantes prácticamente nacieron peronistas, vivieron todas las horas amargas que los innumerables golpes militares les propinaron, perdieron trabajos, oportunidades y muchos de ellos se fueron sin conocer las mieles del poder. Lo que no se entiende es que, conquistada una de las contadas alegrías, por fin ganada una ciudad, como es el caso de Esperanza, la euforia de los "compañeros" de la Intendenta se haya agotado en una voltereta por la plaza.