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Opinión

Año: 12

Número: 580

DEBATE POR LA TELE. MEINERS VS. CAMMISI.

DEBATE POR LA TELE. MEINERS VS. CAMMISI.

La Intendenta tiene un complejo de inferioridad que la limita y la hace desagradable, se molesta por tener la edad que tiene, eso la ofusca, la deja en evidencia, además parece que no sabe qué hacer si enojarse o victimizarse. Ese es su principal enemigo y no otro. Más porque resulta que todo se ve en la televisión, el que está mirando percibe hasta el vuelo de una mosca, si usted se ríe, mira de reojo o tiene vergüenza se nota y (la mayoría de las veces) le juega en contra. Lo demás no tiene demasiada importancia. 

La Intendenta dijo todo lo que hizo y olvidó lo que no hizo o hizo mal como los badenes y el palacio Stoessel en ruinas a metros de la Municipalidad. Cammisi, contemporizador y educado, deglutió los sapos que le enviaba su adversario (se vio la mano un poco resentida del asesor Gómez), sorteó con elegancia las ironías y reiteró lo que va a hacer, su caballito de batalla son los lotes a precio normal, los jardines maternales y un centro de monitoreo en serio, todas demandas cercanas a la generación más jóven, matrimonios que luchan por la casa propia y que no sabe donde dejar los pibes porque trabajan los dos.

Meiners sacó dos o tres imágenes que traía guardadas bajo el poncho, todas para agredir a su oponente. No entiende la señora y parece que tampoco su asesor que esos gestos resultan odiosos en televisión. El personaje de "abuelita" víctima que pretende representar se derrumbaba cada vez que arrojaba un golpe a Cammisi. Se entiende que Meiners ignore los secretos de la pantalla y más aún de los debates televisivos, donde es necesario comportarse como caperucita y nunca como el lobo. La alcaldesa osciló entre uno y otro, por momentos fue Heidi y por momentos fue Drácula a medianoche. 

¿Para qué molestarse y molestar al otro si se sabe que un debate a tres días de la elección no define nada? El oficialismo no entiende eso. Se siente perdedor y acepta el convite porque se siente perdedor. En otras circunstancias, apenas más favorables, no hubiese aceptado el debate ni loco.

Vale la pena destacar el logro del programa "Quién es quién" conducido por la señora Oberlín quien hoy puede considerarse iniciadora de una forma nueva (en nuestra ciudad) de mostrar a los candidatos con posibilidades. En cuanto a los candidatos deberán aprender para el futuro el difícil arte de la empatía, ponerse en el lugar del televidente, evitando tomar el debate como un odioso "ganapierde" y demostrar las virtudes que todo candidato debe tener, tolerancia, inteligencia, imaginación y sobre todo control de las emociones. ¿Para qué queremos un Intendente que haya hecho muchas obras si es un cabrón y un cuadrado que trata mal a la gente? Tal vez sea eso lo que piensa el televidente.