La llegada de Cammisi a la Presidencia del Concejo parece traer un poco de sentido común al cuerpo de la calle Lehmann. Hasta ahora la mayoría de las preguntas, informes o simplemente minutas de comunicación enviadas por los concejales al Ejecutivo quedan en el vacío. La última donde se soliciba información sobre el destino de fondos públicos que supuestamente irían a "seguridad y vigilancia" ni siquiera fue contestada en forma oral. Llama la atención la desvergüenza del Secretario de Gobierno, involucrado en este festival de facturas y ninguneo, porque es justamente Anza el siempre "quejoso" responsable del diálogo entre el Concejo y el Intendente. Llora por la incomunicación y no contesta los pedidos escritos de informes. La Intendenta Meiners ha instalado desde el inicio este destrato hipócrita hacia los ediles, tal cual una vecina "enojada" que pretende hacer sentir su desprecio cada vez que sale a barrer la vereda. Cammisi parece no estar dispuesto a soportar esta situación que ofende a la ciudad toda. Una Intendenta "emperrada", mala onda con la gente, que se ha mirado constantemente el ombligo, se está convirtiendo en un castigo para los contribuyentes. Hasta ahora el Concejo es culpable de haber permitido estos insultos y desplantes. Ojalá Cammisi termine con esto de una vez y para siempre.    

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