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Novela

Año: 12

Número: 550

LA NOVELA MUINICIPAL. HOY: "GÓMEZ".

LA NOVELA MUINICIPAL. HOY:

"El calor es insoportable", dijo la señora transpirando como testigo falso. "Si este calor sigue como hasta ahora no se si me reincorporo en febrero". La señora tenía un "dos piezas" amarillo arriba y colorado abajo con detalle de pajaritos arriba y de ositos abajo. En el quincho de su propiedad con la compañìa del secretario de hacienda Gómez la Intendenta retozaba, comía y chupaba como loca. Gómez encendió el ventilador de techo y se abrochó el botón del cuello de la camisa porque el ventilador le daba frío.
-Usted Gómez, a veces, me da miedo. -dijo la señora mordiendo una molleja.
- ¿Miedo? ¿Por qué señora?
- A veces pienso que usted es vampiro. No sufre el calor, es blanco como el papel, no sé, me hace acordar al hijo de Drácula.
- Por favor, señora -dijo Gómez sonriendo y mostrando los colmillos.
- ¡Qué lo parió! - se alarmó Ana María al ver los dientes del otro y manoteó un crucifijo que estaba colgado en la pared del quincho.
- Señora, le voy a pedir que pare con el chiste, no me ofenda. -dijo Gómez.
- Disculpe, pero si hay algo que me espanta son los vampiros. - Dijo la señora corriéndose hacia un rincón donde había una ristra de ajo.
Gómez vio el gesto de su jefa y dijo que eso lo perturbaba. Que le habían dicho de todo hasta mufa pero que esto de vampiro era lo máximo y que no lo podía permitir por lo tanto se iba a retirar. La señora mientras tanto se dirigió a la pileta y una vez en el borde balanceó los brazos y se tiró un sonoro pedo. Después se arrojó de panza.
- Un panzazo - dijo Gómez-
- ¡Gómez! -gritó la señora desde la pileta- Venga al agua, es una orden.
Gómez dejó la sombra del quincho y se asomó a pleno sol. Hizo unos pasos y se volvió a la protección del techo. "Me hace mal el sol", dijo.  "Hágase ver Gómez, usted puede ser vampiro y no lo sabe, vaya de Bertone, esos colmillos no me gustan nada.", dijo la señora.
Gómez se arremangó los pantalones y se tiró a la pileta con camisa y todo. "No soy lo que usted dice", dijo mientras soplaba un chorrito de agua. Cuando Gómez entró la señora se apresuró a salir de la pileta. "A los vampiros le gusta la carne blanca", pensó