El tránsito en la ciudad es un enigma.  Parece cosa de otro mundo. Los conductores tumban cosas que en otros lugares consideran imposible de tumbar.  Las fábricas de automotores que prometen estabilidad, seguridad y todas esas cosas en los autos, camionetas y camiones,  no pueden creer que en nuestra ciudad se vaya todo al carajo.  En cualquier momento nos levantamos con ganas y tumbamos una casa, ya van a ver.

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