Rial pegó duro en el corazón de los envidiosos. Un tipo junta plata, junta plata durante mucho tiempo y después se quiere dar el gusto, dice: "¿A ver, como es el asunto este del maduro con la pendeja...?" y se manda, total la vida es una sola, dice, mientras se mira al espejo. Además, el romance, para ser entretenido tiene que ser mediático, en lo posible anunciarlo estando lejos, si es en Paris mejor, porque da chapa. No se va a blanquear el romance de un político local con una chica de veinte con la pareja de visita en "Las Tunas" o en "San Agustín", no da.

Esta ciudad es muy aburrida. No vendría mal algún romance entre gente conocida. ¿A propósito? ¿Dónde anda Albarracín? La verdad que la vida no es igual desde que se fue. Falta imaginación. Un romance entre la Intendenta y el Secretario del partido justicialista no solo posicionaría a la pareja para las próximas elecciones sino que provocaría una ráfaga de unidad de los sectores del peronismo local.  Es un decir. Extaordinario sería un enamoramiento entre un radical y un peronista, ahora que las parejas pueden ser de cualquier sexo, no importa si el romance es mixto, que sea lo que sea, para eso votaron el casamiento homosexual. Sería un gol de media cancha, un concejal radical, por ejemplo con un miembro del gabinete.  ¡Hasta podríamos hacer algo y todo!

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