1) SALCHICHA Y CHUCRUT: La cultura ciudadana -hoy conducida por la hermana no reconocida de Falcioni- se debate entre las festicholas, bailongos y números vivos que nos rebolean gratuitamente desde Buenos Aires. Con el verano llegarán las fiestas de la cerveza, de profundas raíces suizas, aunque los alemanes también se mueven al ritmo de la timbaleta y, más de uno, calentó las salchichas en el radiador del Fiat. La cosa es que, la colectividad está más que preocupada porque desde el Municipio no aportan una moneda ni para comprar repollo y peligran las bacanales que hacen a la cultura mayor de la ciudad. Sin los elementos esenciales para echar a la olla no se puede elevar el espíritu -dicen-.
2) CORTE DE PELO. Nadie ignora que la señora Meiners acusaba un look que constaba de un molesto mechón de pelo que, obligaba a la jefa de estado, a manotearlo dos por tres para acomodarlo tras la oreja. Oportunamente, uno de los peluqueros del reino, le mandó tijera sin asco al flequillo sobrante. Ahora, de vez en cuando, la señora tira el manotazo al aire como quién se espanta una mosca. "Ya se va a acostumbrar" dijo el coiffeur mientras se pintaba las uñas.
3) MARQUEZ. Se lo ha visto al tal Marquez, benemérito responsable de levantar la mugre en la ciudad, deambular por los lugares que suele frecuentar el Consejero Mayor de Palacio, doctor Gabriel Chapatín. Por la foto que le tomó uno de los comedidos que se ocupan de espiar a la gente, parece que se trataba de una suerte de "limpiador limpiado", o sea, el abogado le limpiaba una parte de lo que llevaba en la faltriquera. La plata no es todo, parece decir Chapatín si se sabe leer los labios.
4) ARBOLES. El hecho de que se pague la "poda" por unidad hace que los muchachos le pasen el serrucho a cualquier cosa que se parezca a un vegetal. Hay árbolitos que recién se inician que -si se mira bien- tienen mutiladas dos o tres ramitas. "Es para que la poda sea igual para todos" dijo un morocho mientras hacía rugir la motosierra.