El trabajo en la ciudad no abundó en la primera parte del año, es más, hubo posibilidades (gravísimas) de retiro de inversiones por parte de una gran empresa local. Todo empezó a mejorar cuando se fueron desinflando las locuras de políticos (cuatro Concejales) y algunos vecinos con idealismos ambientales cortos pero un tanto dañinos para las aspiraciones laborales de nuestros muchachos. Las empresas (con SADESA a la vanguardia) se decidieron a invertir y los desocupados locales fueron bajando en número. Hasta se puede decir que aquél que quiera trabajar se anota y entra a la curtiembre. Y si tiene voluntad y ganas hasta puede crecer.
Bueno, mientras haya salud, dice mi abuela, no importa si nos quedamos, está bien que sería lindo tomarse unas vacaciones enfilando para el mar por ejemplo, o a Brasil como cuando estaba el uno a uno, pero eso ya es ciencia ficción. Ahora, quedarse y recuperar el tiempo perdido por la cruel recesión que tuvimos que padecer, respirar hondo muchachos, levantarse temprano y agarrar para el laburo.
Gracias a Dios que hay algo que hacer y algo que nos produce un ingreso interesante, porque con esos pesitos se pueden arreglar algunas cosas ¿viste?. De todos modos vivimos en una ciudad con el río cerca y siempre se puede descansar en la costa el fin de semana. Descanso que no es tan malo que digamos.